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La última jugada al límite de Maradona

Horas antes de comprometerse con su novia y testificar por fraude, su expareja anuncia que espera otro hijo suyo

Alejandro Rebossio
Maradona, en Dubái, el 8 de febrero de 2014.
Maradona, en Dubái, el 8 de febrero de 2014.ANGELO CARCONI (EFE)

Desde que un joven Diego Maradona se consagró campeón mundial juvenil en 1979, siempre se lo ha comparado con Pelé. Lo que quizás nadie se iba a imaginar es que también rivalizarían, aunque involuntariamente, por ver quien tenía más hijos. O Rei ha tenido siete — cinco reconocidos por él, uno que no y otro legitimado por la justicia brasileña—. Maradona ya tenía cinco— dos de ellos por intervención judicial— y ahora su expareja asegura estar embarazada de su supuesto sexto hijo. El Pelusa niega esa paternidad e incluso este viernes, el Día de San Valentín, se comprometió con su última novia.

Aunque acabó con festejo, la semana pasada no empezó fácil para Maradona. Su anterior pareja, Verónica Ojeda, con la que estuvo unido entre 2004 y 2012, declaró públicamente que había viajado con una amiga a Dubái, donde el campeón de México 1986 hace las veces de embajador deportivo de Emiratos Árabes, para contarle que iba a tener un segundo hijo suyo. “Yo se lo quería contar, pero no pude. Llegué a la noche y me fui directamente al hotel. Al otro día mi amiga le fue a avisar a Diego que estábamos en Dubái. Nadie la atendió y le dejó una carta. Después nadie nos llamó”, contó Ojeda al regresar a Buenos Aires.

Maradona y ella interrumpieron su relación cuando él se enteró de que estaba embarazada de Diego Fernando, que nació hace casi un año. Mientras transcurrían los meses de gestación del bebé, Ojeda permaneció en Buenos Aires y Maradona se quedó en Dubái, donde se instaló en 2011, después de su fracaso como seleccionador argentino en Sudáfrica 2010, para primero dirigir al Al Wasl y después convertirse en embajador. El Pelusa aprovechó la separación para iniciar una relación con otra compatriota, Rocío Oliva, una visitadora médica de 23 años, con la que ahora se ha comprometido. Maradona, de 53 años, ni siquiera viajó a Buenos Aires para el nacimiento de Diego Fernando, su quinto hijo, aunque después fue a conocerlo.

El deportista reconoció al bebé como propio, aunque ha mantenido una relación distante, a diferencia de su estrecho vínculo con sus dos hijas de su matrimonio, con Claudia Villafañe: Dalma, de 26 años, y Gianina, de 24, expareja de Sergio Kun Agüero, la estrella del Manchester City con quien tuvo el único nieto del Pelusa, Benjamín. Pero Ojeda no debió recurrir a la justicia para que el exastro del fútbol mundial reconociera la paternidad de Diego Fernando, como sí debieron hacer las madres de dos hijos extramatrimoniales: Diego Armando Junior, de 27 años, fruto de una relación con una amante italiana, y Jana, de 18, cuya madre es una camarera argentina.

El exfutbolista había sido noticia a finales de año porque otra vez había adelgazado 20 kilos y se había puesto musculoso. Así de deportivo vino en diciembre pasado a pasar las fiestas en Buenos Aires. Entonces fue que ocurrió el supuesto encuentro sexual con su anterior pareja. Así lo relató Ojeda: “Estuve con el padre de mi hijo cuando vino a fin de año. Él me dijo que teníamos que hablar y por eso nos encontramos fuera de la casa, en un hotel muy importante. El encuentro fue después de las 14, estuvimos todo el día juntos, y no nos cuidamos. Diego me dijo que con Rocío ya no pasaba nada. De hecho, en diciembre, supuestamente viajó (a Argentina) para cortar la relación. Él me comentó que no sabía cómo sácarsela de encima. Yo le creí, como una persona enamorada. Una mujer enamorada hace y perdona cualquier cosa. No entiendo las cosas que hace Diego. Ya está. Ahora, que él haga lo que quiera. Yo no quedé embarazada a propósito pero no me hago la víctima, eh. Soy consciente de lo que hice y me hago cargo”. El que no se hace cargo es Maradona. Hizo filtrar a la prensa una grabación de una llamada a su hija Giannina en la que niega ser el padre.

En la misma semana, el culebrón del Pelusa tuvo otros episodios. Por un lado, Jana, otra de sus hijas, filtró por primera vez fotos de ella a los medios de comunicación. Por otro, Maradona viajó a Nápoles, donde aún se lo idolatra por las dos ligas que le dio, para declarar en una causa judicial por presunto fraude impositivo por 39 millones de cuando jugaba allí (1984-1991). El Pelusa se declaró inocente y las masas de tiffosi lo ovacionaron cuando asistió al estadio San Paolo, después de nueve años de ausencia, para ver una victoria del Napoli. De ahí se marchó a Roma para celebrar con su novia Rocío y la familia su un compromiso matrimonial.

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