Francia y el aborto

Repugna el espectáculo de las asociaciones francesas provida manifestándose contra la pervivencia en España de un derecho que ellas no tienen la más mínima esperanza de cambiar en una Francia laica y progresista. Sus integrantes podrán seguir abortando si quieren o no haciéndolo si no quieren (es su derecho), pero pedir que ese derecho se restrinja en España equivale a decirle a las españolas “¡que se jodan!”, por utilizar la terminología de una diputada del PP.

¿Y la broma de que, puesto que han disminuido los abortos con la ley Zapatero, pues más a mi favor diría el señor Gallardón en un delicioso giro argumental? La gallina, sí señor. ¿Cómo puede un ministro de Justicia afirmar que quienes abortan cometen delito, pero que no se les va a castigar por ello? ¿Qué clase de delito es ese? No les castigará él, pero ya verá qué hace cuando un juez sí castigue con cárcel a una mujer por abortar. Me encanta la noción: penalizando cualquier conducta sin que por ello tengamos que ir a la cárcel, hará de los españoles una pandilla de delincuentes, eso sí, en libertad. Y España se habrá convertido en lo que era Australia en el siglo XVIII: una colonia penal.— Fernando Schwartz.