Dos manifestaciones
La prohibición de la marcha por los presos une al nacionalismo vasco en una nueva convocatoria
La prohibición judicial de la manifestación a favor de los presos de ETA prevista para hoy en Bilbao desembocó ayer en la convocatoria de otra marcha, el mismo día pero en silencio, a distinta hora y con otros lemas, pero ahora con el PNV, que se había negado a respaldarla cuando fue anunciada, entre los convocantes, junto a toda la izquierda abertzale y los sindicatos nacionalistas. El juez tendrá que decidir hoy mismo si también la prohíbe.
Con su iniciativa, esas formaciones tratan de sortear la razón alegada por el juez Eloy Velasco para prohibirla: no la existencia de indicios de “una voluntad de enaltecimiento del terrorismo”, que se excluye en el auto del juez que inició diligencias, Pablo Ruz, sino la consideración de que la entidad que la ha organizado (Tantaz Tanta, Gota a Gota) es en realidad una tapadera de otra, Herrira, suspendida judicialmente por dos años en septiembre pasado, por considerar que forma parte de la estructura de la banda.
Tras conocerse la prohibición, Tantaz Tanta desconvocó la marcha, demostrando más inteligencia que quienes trataron de impedirla forzando las cosas sin prever las consecuencias. Pues si la finalidad de la marcha es “aparentemente inocua” como admite el juez Velasco, la apelación a la continuidad de los objetivos de la movilización (contra la dispersión y en defensa de los derechos de los presos) como prueba de que forma parte de ETA resulta poco convincente cuando lo que está en cuestión es un derecho fundamental como es el de manifestación. Los criterios especialmente rigurosos aplicados cuando ETA mataba y extorsionaba resultan dudosamente apropiados en la situación actual, más de dos años después del abandono de la actividad armada. Es excesivo hablar de la “estrategia de Herrira”, como si sus iniciativas tuvieran el mismo significado que antes de la renuncia a la violencia. Es cierto que mientras la banda no formalice la entrega de las armas y su disolución el Estado de derecho debe mantener muy alto el nivel de exigencia respecto a las pretensiones de ese mundo sobre sus presos; pero sin prescindir de las consecuencias de decisiones quizá insuficientemente fundadas.
Editoriales anteriores
Al anunciar ayer la desconvocatoria de la manifestación prohibida, los portavoces de Tantaz Tanta indicaron que lo hacen porque consideran alcanzados los objetivos que se habían propuesto. Pueden decirlo porque aunque el lema de la nueva convocatoria (“derechos humanos, acuerdo, paz”) nada tiene que ver con el tema de los presos, han conseguido que el partido que gobierna en Euskadi se sume a una movilización de la que había estado ausente desde hace 15 años. Lo cual, por más que su presidente dijera ayer que era una “respuesta excepcional a una situación excepcional”, constituye un éxito, ampliado por su acatamiento de la prohibición. Sería deseable que Sortu sacara la conclusión de que criticar decisiones judiciales no es incompatible con acatarlas.
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