El exfutbolista alemán Thomas Hitzlsperger sale del armario
Cuatro meses después de retirarse ha explicado en público que prefiere “vivir con un hombre que con una mujer”. Hasta Angela Merkel ha celebrado el paso dado por el internacional
La carrera profesional de Thomas Hitzlsperger concluyó en septiembre, así que las ligas de fútbol europeo mantienen su improbable estatus de reducto donde -como mantuvo el clerical presidente iraní Mahmud Ahmadineyad sobre su República Islámica- “no se conoce el fenómeno” de la homosexualidad. En una entrevista que se publica el jueves el semanario Die Zeit, el 52 veces internacional alemán Hitzlsperger, llega apenas cuatro meses tarde a romper un tabú centenario explicando en público que prefiere “vivir con un hombre que con una mujer”. No obstante este leve retraso, el deportista de 31 años ha cumplido por goleada su intención de “impulsar un debate público de la homosexualidad entre los deportistas profesionales”.
El centrocampista bávaro ha elegido este momento para hablar de su vida privada “por la proximidad de los Juegos Olímpicos” de Sochi, en Rusia. Hacen falta, dice a Die Zeit, “voces críticas contra las campañas que diversos gobiernos impulsan contra los homosexuales”. La homosexualidad sigue perseguida en buena parte del mundo. Una ley rusa, por ejemplo, castiga el vaporoso delito de propagar “las relaciones sexuales no tradicionales”. En el soleado emirato árabe de Qatar, que organizará el Mundial de fútbol de 2022, mantener relaciones homosexuales se castiga con hasta 15 años de prisión.
No consta la opinión de los legisladores qataríes, pero el paso de Hitzlsperger ha causado tremenda sensación en Alemania y en Reino Unido, donde empezó y terminó su carrera profesional. La canciller Angela Merkel se unió a la ola de felicitaciones a Hitzlsperger a través de su portavoz Seteffen Seibert, quien destacó el miércoles que “nadie debería tener miedo a declarar su sexualidad” en Alemania. El legendario jugador inglés Gary Lineker felicitó al alemán por ser “el primero en ‘salir del armario’” tras jugar en la Premier League.
Tras aclarar su intención de alentar una discusión pública, Hitzlsperger parece irritado cuando le preguntan si “no notó desde antes [de ser adulto] que sentía de otra manera”. Él se sorprende: “¿Cómo se lo imagina usted? ¿Qué es eso de ‘sentir de otra manera’? ¿De otra manera que quién?”.
Relata, más adelante, que convivió durante años con “una muy buena amiga” suya durante años. Pero aunque “duró más que la de mucha gente próxima”, esa relación íntima terminó “sin que ella supiera nada” de sus “sentimientos hacia los hombres”. Él tenía 25 años y se planteó que aceptaría “un cambio en la orientación sexual, como un proceso paralelo a la maduración y a la busca de una nueva orientación profesional” después del fútbol.
A Hitzlsperger lo apodaron El martillo por sus disparos duros a puerta. Forma parte de la generación de futbolistas que participaron en el llamado “cuento de verano” de 2006, cuando una selección nacional muy joven e inopinadamente inspirada alcanzó las semifinales del Mundial de Alemania. Él no jugó mucho, pero se convirtió en titular para la Eurocopa de 2008, donde saldría al césped en cinco de los seis partidos de la fase final, incluida la final en Viena que Alemania perdió ante la selección de España. Además, Hitzlsperger ha sido campeón de la Bundesliga con el Stuttgart en 2007, el punto álgido de una carrera en lo más alto que empezó hace 13 años en las filas del Aston Villa, de la exigente Premier League inglesa. Jugó, además, en el Wolfsburgo, en el Lazio de Roma y, por último, en el FC Everton de Liverpool.
Le preguntan a Hitzlsperger si “alguna vez se ha avergonzado de ser homosexual”. Responde con otra pregunta: “¿Por qué iba a hacerlo?”. La periodista le dice que “mintió durante años”. El jugador recuerda “la diferencia entre callarse y mentir”, pero admite que “la presión puede ser enorme”. El más joven de siete hermanos nacidos en la católica Baviera aclara que no sólo en el fútbol, “también en la familia”. Dice Hitzlsperger que le parece “absurdo que sigamos así en 2014, pero ‘marica’ sigue siendo un insulto en el fútbol”. Reconoce que, “desgraciadamente”, él mismo ha usado como futbolista expresiones donde ‘marica’ suena infamante.
Como sucede en muchos países, en Alemania se ha especulado infinitamente sobre la posible homosexualidad de diversos jugadores de valía. En 2011, estos rumores alcanzaron una suerte de paroxismo que culminó con sendos desmentidos por parte de los internacionales Philipp Lahm y Arne Friedrich. Esta serie de desmentidos fue descrita por un periodista alemán como “una carrera de futbolistas bajo el lema marica el último”.
Reveló aqullo que la intimidad de los héroes del penúltimo santuario de la militancia heterosexual se ve como un asunto público y, según demuestran las reacciones positivas de Merkel y de directivos de las organizaciones del fútbol alemán como el manager Oliver Bierhoff, también como un asunto político.
Al final de la entrevista, Hitzlsperger dice aspirar a “quitarle hierro al tema” de la homosexualidad en el plano público, como asegura haber logrado en el privado. Aunque remacha: “Lo admito, el proceso fue muy correoso y difícil”.
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