El paciente (medio) inglés

¿Cuántos títulos se necesitan para debutar?

A Max Minghella se le ha conocido por varios epítetos desde que nació hace 26 años. Hijo del oscarizado (y difunto) director de El paciente inglés o El talento de Mr. Ripley, por ejemplo. O actor adolescente en películas como Siriana o protagonista de un clásico indie de la década pasada llamado Art school confidential. O alumno aventajado en su clase de la Universidad de Columbia. Secundario en La red social. Novio de Kate Mara, actriz que ahora protagoniza la serie House of cards y con la que lleva saliendo desde hace prácticamente cuatro años. Pero nunca se le había llamado lo que se le ha llamado este mes: tras una vida de grandes papeles en películas menores y papeles menores en películas grandes, por primera vez se le ha colgado el título de futura estrella de cine. La nueva portada de la revista Vanity Fair lo muestra junto con otros grandes debutantes de su generación: Lilly Collins, la hija de Phil Collins, conocida por haber sido Blancanieves junto a Julia Roberts en Mirror mirror; y un joven llamado Miles Teller. Escritas sobre sus caras, la admisión de que aún no son gente muy conocida y la promesa de que pronto serán estrellas.

¿Y va a ser así?

Siempre es problemático tildar de actor a alguien que nunca ha tenido la vocación de actuar. Minghella pasó por los pasos habituales en un hijo de director: de visitar sets a sentirse intrigado por lo que le rodea (“Al principio pensé que acabaría escribiendo para cine, lo de actuar me parecía un poco ridículo”, le contó a The Guardian en 2011), a entrar por la puerta más simple para un joven. En 2005 se estrenó como extra en Cold mountain, una cinta de su padre, y desde entonces ha ido jugando con títulos de diferente relevancia (de Los idus de marzo, de George Clooney, junto a Ryan Goslin y Philip Seymour Hoffman, a la comedia de Owen Wilson Los becarios, pasando por Ágora, de Alejandro Amenábar) y papeles que requieren más talento interpretativo y otros que solamente requieren esa extraña belleza que le da tener un padre inglés, una madre de Hong Kong y un cuerpo fabricado en el banco regulable de algún gimnasio estadounidense.

¿Entonces?

Aunque Minghella tiene el futuro lleno de proyectos como actor, es representativo que el año que entra verá su estreno como productor, con una cinta con Kirsten Dunst y Viggo Mortensen. Si sigue el camino de su padre y ahonda en su desinterés por la fama, es posible que en unos años ese parezca, en retrospectiva, su verdadero debut.