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OBITUARIO

Muere Arik Einstein, la voz de Israel

El intérprete introdujo en el país la música popular moderna

Arik Einstein, cantante israelí.
Arik Einstein, cantante israelí.

Por encima de modas y tendencias, Arik Einstein ha sido durante los últimos 50 años el cantante de Israel, el referente, el padre del rock en un país recién parido que aún ni dominaba su idioma, el hebreo, para contar su nueva realidad. “Era nuestro Sinatra, nuestro Elvis y nuestro Springsteen, todo en uno”, lo definía ayer el periodista Chemi Shalev en el diario Haaretz.

Nació en Tel Aviv, un israelí sin diáspora, sin el sufrimiento del Holocausto, liberal y secular, que comenzó a cantar durante su servicio militar, a los 18 años. De adolescente iba para atleta. Dejó el uniforme en 1966 para fundar el primer grupo pop de Israel, High Windows, que cargaban contra la Biblia o los militares y cuyas canciones fueron censuradas. Luego, en solitario, a través de 35 discos y 500 canciones, dio aliento a la rebeldía de los jóvenes y a la pasión de los amantes. “Tú y yo cambiaremos el mundo”, clamaba, centrado en la experiencia de unos hombres y mujeres nuevos, que ya iban olvidando sus lenguas pasadas —de Europa, de Oriente Medio— y convergían en un país donde hasta él solo se cantaba el pasado.

“Su voz tenía carencias y sus melodías eran mejorables, pero su apuesta era tan nueva, tan nuestra, conectaba tanto con la calle, que se convirtió en un pilar nacional para todas las generaciones”, escribe una aficionada, Nurit, en el muro de homenaje creado en Internet, donde miles de mensajes glosan su figura. La prensa lo califica de directo, honesto, cálido, sencillo, natural, elegante, de estilo perfecto y brillante dicción, creador de un “extraño matrimonio” entre sensibilidad y conciencia social. Fue el primero en adaptar los ritmos del rock a las tendencias locales, el primero en grabar un videoclip, el primero en lanzar un CD. Hacía parodias de humor en la televisión y películas de culto. “Superior a todos”, dice el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Einstein era además un cazatalentos notable. Una quincena de nombres clave en la música israelí, desde los setenta a la actualidad, le deben su padrinazgo. El cansancio y la timidez le vencieron a finales de los ochenta y dejó de dar conciertos. Luego, un accidente lo apartó poco a poco de los estudios de grabación, pero su música seguía sonando. En 2011 compuso un tema de homenaje al soldado Gilad Shalit, secuestrado cinco años en Gaza, y acababa de firmar como columnista del diario Maariv.

Fallecido el martes por la noche a los 74 años por un aneurisma aórtico, de forma repentina, Einstein ya reposa en el cementerio Trumpeldor de Tel Aviv junto a los grandes artistas de la nación, tras un funeral multitudinario que arrancó en la plaza de Isaac Rabin, donde fue asesinado el primer ministro en 1995.

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