¿Nos vamos a olvidar de Filipinas?
Sólo hace tres semanas e incluso desde este blog ya nos cuesta levantar el tema de Filipinas. Lo que para algunos se ha vuelto discurso un cansino para los que han sufrido la catástrofe sigue siendo una realidad agónica. Esta es la tercera entrada de la serie publicada esta semana. No se olviden de Filipinas, lean, difundan y apoyen.
El texto a continuación ha sido escrito por Jorge Salamanca, resposable de Acción Humanitaria de Oxfam Intermón (@oxfamintermon).
Mujeres en el pueblo de Brgy Batang en Hernani, Samar del Este, lavando su ropa en lo que anteriormente era la calle en frente de sus casas.©Maylyn Pagatpatan/Oxfam
Victor Villaruel y Gerardo Yapi no se conocen. Les separan más de 20 años de edad, uno vive en la pequeña aldea de Silion en la isla de Bantanyan y el otro en un pequeño pueblo de Hernani en la provincia de Samar. Pero ambos llevan toda la vida dedicados a la pesca, y ambos han perdido sus embarcaciones, aperos y redes con el tifón Hayan (Yolanda) que arrasó Filipinas el pasado 8 de noviembre. Lo primero que expresaron ambos, a los equipos de ayuda que llegaron a la zona, fue la necesidad de recuperar cuanto antes sus medios de vida, sus barcas que les permitan faenar y alimentar a sus familias. Saben lo importante que es la ayuda humanitaria que están recibiendo, pero también alertan de lo fundamental que es mirar más allá.
Aún no existe un balance global de pérdidas pero las comunidades campesinas de las cinco regiones más afectadas por el tifón, que además tienen un nivel de pobreza superior a la media nacional, han perdido un tercio de la cosecha de arroz que estaba a punto de recolectarse. Saben que será imposible tener lista la nueva siembra para diciembre y eso supone un riesgo potencial de inseguridad alimentaria en los próximos meses.
La atención de los medios de comunicación ante la emergencia en Filipinas ha bajado, los corresponsales enviados a la zona han regresado y el país asiático apenas ocupa ahora un lugar residual en medio de la vorágine informativa cotidiana. Una vez más, como hace casi cuatro años con el terremoto de Haití, la solidaridad de la población española ha sido ejemplar. Como hace cuatro años, el llamamiento internacional inicial para atender las necesidades de la población es de 348 millones de dólares. Pero, una vez más, como hace cuatro años, se corre el riesgo de que los compromisos de los diferentes gobiernos y organismos en los primeros momentos de la tragedia, aun con los efectos devastadores vivos en la retina, no se cumplan. Sobre todo teniendo en cuenta que en diciembre habrá un llamamiento muy superior, una vez que se evalúen todas las necesidades urgentes como las de rehabilitación. En el caso de Haití de los más de 12.000 millones de dólares comprometidos solo se han desembolsado poco más de 6.000, lo que supone apenas el 47% de lo acordado. Aún 350.000 haitianos viven en condiciones precarias, los efectos del terremoto aun siguen presentes en gran parte de la ciudad de Puerto Príncipe y las capacidades de las familias para acceder a los medios de vida son enormemente limitadas.
La respuesta financiera actual del Gobierno español ante la catástrofe en Filipinas, de unos 2,6 millones de euros, es insuficiente debido a los recortes de los presupuestos de cooperación y en particular de acción humanitaria. La contribución española debería ser mucho mayor, para hacer frente a la enorme destrucción ocasionada y poner las bases de la reconstrucción duradera de las zonas afectadas. La partida destinada a acción humanitaria en los presupuestos generales pasará de 127,6 millones en 2010a poco más de 16 millones según el borrador de Presupuestos Generales del Estadopara 2014, cifra totalmente insuficiente no solo para atender a Filipinas, sino también a Siria y otras crisis que puedan surgir en el futuro. Sin ir más lejos, un grupo de representantes de las organizaciones humanitarias han hecho llegar, el pasado 15 de noviembre, al Presidente del Gobierno una carta abierta expresando su preocupación por el recorte de recursos y solicitando formalmente una partida extraordinaria de fondos así como el incremento del presupuesto del 2014 para acción humanitaria.
Las organizaciones humanitarias estamos atendiendo a las familias afectadas para que puedan cubrir sus necesidades más básicas: agua, alimentos y refugio. Pero aún tenemos un reto pendiente con personas como Víctor y Gerardo para que puedan recuperar sus medios de vida, sus barcas y sus redes. Es compromiso de todos que pronto puedan volver a salir a faenar.
Recomendamos que visiten también las entradas de UNICEF y Acción contra el Hambre publicados estos dos últimos días. Seguiremos.
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