No podemos perder ni un minuto

Esta entrada ha sido escrita por Irene Schiess, de Médicos Sin Fronteras (MSF) España. En ella relata la experiencia la Unidad de Emergencias durante los momentos previos a Haiyan y las horas siguientes a que el devastador tifón arrasara Filipinas.

Miércoles: Habíamos seguido atentamente la evolución del tifón desde hacía una semana.Sabemos que puede ser fuerte, pero también sabemos que Filipinas encaja al año hasta 20 tormentas tropicales, ciclones de mayor o menor magnitud, que las autoridades han dispuesto servicios de emergencia eficientes, han organizado evacuaciones preventivas y que la población sabe cómo protegerse. Pero es difícil imaginar algo como Haiyan.

Sábado: Nuestros compañeros de MSF en Hong Kong, por proximidad geográfica, consiguen llegar a Cebu. Las noticias que llegan a Barcelona sobre la magnitud de la devastación, con vientos de más de 300 kilómetros por hora y olas de más de cinco metros, que suponen devastación, muerte y heridos, interrupción del suministro de agua potable y pérdida de cultivos clave para la alimentación de la población, suponen la puesta en marcha de nuestros equipos. Nuestra preocupación es, todavía hoy,no llegar a tiempo. Tratamos de ganar horas preciosas para salvar vidas.

Decidimos de inmediato la salida de un equipo de evaluación que poco después pasa a ser de intervención,porque ya no cabe duda alguna: las necesidades son enormes y la orografía del archipiélago complica mucho la llegada de la ayuda humanitaria. Desde España se tarda dos días en llegar a Cebu. Y desde Cebu hasta el lugar donde se requiera nuestra ayuda, ni siquiera lo sabemos. Eso es lo peor: la falta de información.

Enviamos a personal médico, logístico y de coordinación, pero también tenemos que mandar todo el material que se considera va a ser necesario en una emergencia de este tipo, similar a la de Haití o al tsunami en Indonesia. Preferimos enviar más material del que sea necesario a enviar de menos, porque lo peor que nos puede pasar es tener a más de 150especialistas en Filipinas (médicos, sanitarios, especialistas en agua y saneamiento) y que no dispongan de herramientas con las quehacer su trabajo. El material para establecer las primeras operaciones de emergencias ya está preparado. Y en brevesaldrán varios aviones desde nuestros almacenes en Dubai, Panamá y Bruselas. Llevamos lo imprescindible para quienes lo han perdido todo, aunque no sepamos cuánta gente ha perdido qué: lonas de plástico, tiendas de campaña, equipos de higiene y de cocina, instrumentos de potabilización de agua, material médico y medicamentos.

Nos llegan cifras oficiales alarmantes: medio millón de desplazados, la mayoría de ellos refugiados en centros de evacuación, polideportivos o escuelas establecidas en los planes de emergencia del Gobierno. Pero hay un elevado número de personas sin refugio ninguno, sin ayuda ninguna.

Y esa ayuda tiene que llegar ya a la población necesitada. Falta que llegue a aquellos que todavía ahora no sabemos cómo están, que seamos capaces de combatir el mal tiempo que impide el aterrizaje de los aviones, la falta de carburante, la destrucción de infraestructuras, las carreteras bloqueadas, la distancia entre las islas… ese es nuestro mayor reto.

Especial de @3500M sobre la emergencia en Filipinas:

Si quieren ayudar, les recordamos 5 de las organizaciones españolas que trabajaban sobre el terreno antes de la emergencia. En sus páginas web encontraran toda la información sobre donativos y ayudas: UNICEF, Accion contra el hambre, Medicos sin Fronteras, Cruz Roja y OXFAM Intermon.