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La ‘Frau’ de la prensa

En 1965 leyó un anuncio en un diario que cambiaría su vida: el magnate de la prensa buscaba una niñera Hoy Friede Springer es la dueña de ese periódico y una de las mujeres más ricas y poderosas de Alemania

Friede Springer en Berlín el pasado mes de abril.
Friede Springer en Berlín el pasado mes de abril.REUTERS

Todas las mañanas, a las ocho en punto, una limusina recoge a Friede Springer en su villa ubicada en Dahlem, un exclusivo barrio de Berlín, y la transporta hasta una torre de cristal y acero ubicada en el popular barrio de Kreuzberg, donde la gran dama del periodismo alemán tiene una elegante oficina tapizada con madera y repleta de libros, que ocupó cuando su marido, el legendario Axel Cäsar Springer, falleció hace 18 años.

Con 70 años, Friede Springer es una de las mujeres más influyentes de Alemania. El mundo político le rinde pleitesía y, como dueña de una fortuna estimada en unos 3.000 millones de euros, también ocupa un lugar de honor entre los ciudadanos más ricos del país. Controla, de forma discreta y efectiva, uno de los mayores imperios periodísticos de Europa: la editorial Springer Verlag, que publica, entre otros, el temido y popular periódico Bild.

Friede Springer evita las candilejas del mundo social, cosecha en privado su amistad con Angela Merkel, odia el ritual de las entrevistas y solo sale a la luz pública cuando ya no tiene escapatoria, como sucedió este verano, cuando la casa anunció que se desprendía de dos importantes periódicos regionales y siete revistas para fortalecer y asegurar al futuro digital de la matriz.

“La venta era inevitable”, afirmó sobre la decisión de vender, entre otras publicaciones, la revista Hörzu y el periódico Hamburger Abendblatt, dos medios que había creado su esposo después de la guerra y que le ayudaron a cimentar su imperio. “Ha sido una decisión tremendamente difícil”, añadió, y prometió que la editorial seguiría apostando por sus dos medios más emblemáticos, el periódico Die Welt y el Bild.

La venta, que reportó al grupo 920 millones de euros, sacudió al mundo periodístico alemán, causó desconfianza y temor en la propia casa matriz y más de un empleado de la editorial le echó en cara haber traicionado la herencia recibida de su esposo.

La millonaria venta también obró el milagro de revivir la biografía personal de Friede Springer, una historia que parece sacada de un cuento de hadas y que se inició, curiosamente, cuando leyó en 1965, en la sección de clasificados de un periódico que hoy le pertenece, un anuncio que le transformó la vida. Elfriede (Friede) Riewerts tenía 23 años cuando se enteró de que el famoso editor Axel Springer y su esposa buscaban una niñera en Hamburgo.

La joven, que vivía con sus padres en Föhr, una pequeña isla en el mar del Norte, se presentó en la elegante villa del millonario. Helga, la cuarta esposa del editor, le abrió la puerta. Poco tiempo después, el poderoso editor admitió que se había vuelto a enamorar y se propuso conquistar el corazón de la hermosa y joven niñera.

Como en un cuento de hadas, hubo un final feliz. Al año de conocer a la niñera de su hijo, Springer se divorció y, después de un largo romance semiclandestino, Elfriede Riewerts se convirtió, en enero de 1978, en la quinta esposa del editor más poderoso de Alemania. Y también en su más cercana colaboradora y asesora. Por deseo expreso de su esposo, la joven comenzó a prepararse para desempeñar un puesto de responsabilidad en la casa editorial.

“A su lado me desarrollé y lo admito sin problemas: yo soy su producto”, confesó tras aprobar con éxito varios cursos de filosofía, economía, historia del arte y lenguas extranjeras. “Ella renunció a su propia vida, vivió la vida de Springer y llegó a ser lo que él siempre quiso que fuera. Le sirvió de forma incondicional y en esa función ella fue para él lo más importante”, escribió Ingle Klopefer, autora de una biografía autorizada de Friede Springer.

Cuando Axel Springer murió, en 1985, su viuda y los hijos que tuvo el editor con otras esposas heredaron el imperio. Fue entonces cuando la exniñera demostró las cualidades que la convirtieron en una de las mujeres más poderosas de Alemania. El imperio que había heredado estaba al borde del colapso, pero la viuda logró recuperar el control del gigante editorial. En menos de 15 años, Friede Springer volvió a ser la accionista mayoritaria, una hazaña que le valió el respeto incluso de sus enemigos.

Friede Springer nunca quiso rodearse de una corte de vasallos y los únicos grandes lujos que no oculta son su pasión por los viajes y la compra anual del modelo más reciente de un Golf. Los vecinos de su villa en Dahlem tampoco se sorprenden cuando la ven montada en su bicicleta para hacer las compras en el supermercado más cercano.

En 2002 nombró como consejero delegado del grupo a Mathias Döpner, un joven periodista de 38 años. “Todos en la junta ejecutiva estaban en contra, pero yo me dije: ‘Tengo la mayoría y lo quiero a él”, confesó en una entrevista reciente publicada en la revista Manager Magazin.

Friede Springer desde las sombras y Thomas Döpner desde su cargo de consejero delegado dieron nueva vida al grupo, aumentaron las ganancias (531 millones de euros en 2012) y, desde julio pasado, pusieron en marcha el proyecto más ambicioso de la viuda y su leal ejecutivo. Preparar al grupo para los desafíos de la era digital. “Observo el desarrollo del mercado de la prensa desde hace 28 años y veo las cifras todos los días”, dijo. “El mundo ha cambiado desde la muerte de mi esposo, nos encontramos en una nueva era”.

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