¡Vergüenza!
Las víctimas inocentes de la tragedia de Lampedusa recibirán la nacionalidad italiana, mientras los supervivientes serán multados con 5.000 euros y deportados a sus países de origen. Los pesqueros que miran para otro lado cumplen con la ley, mientras que los que cumplen con su deber moral y auxilian a seres humanos en peligro de muerte incurren en delito de colaboración con la inmigración ilegal.
Soy descendiente de padre italiano y coincido plenamente con el papa Francisco. Siento mucha vergüenza por tanta incongruencia, por esta Europa egoísta que no sabe adónde va, que se cierra en sí misma guiada por unos políticos hipócritas de los que ya no esperamos nada.— Ángel Imbrogno Sanz.
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