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Bebés famosos y sobreexpuestos

Milan Piqué y Harper Beckham son algunos de los niños más exhibidos por sus padres

Harper Beckham, en la semana de la moda de Nueva York, con su padre y Anna Wintour.
Harper Beckham, en la semana de la moda de Nueva York, con su padre y Anna Wintour. REUTERS

Si Michael Jackson levantara la cabeza seguramente se escandalizaría. El cantante que vivió obsesionado con evitar que sus hijos fueran fotografiados y sus caras difundidas ante el gran público descubriría que en la segunda década del siglo XXI exhibir a los niños famosos y anónimos se ha convertido en uno de los deportes más practicados a escala global. Las redes sociales bullen con las imágenes de los retoños de nuestros amigos y conocidos, que, a veces, ni siquiera esperan a que sus hijos nazcan y cuelgan sin reparos en Facebook desde la primera ecografía hasta la caca más reciente.

Teniendo en cuenta que los mortales comunes no tienen ningún tipo de moderación e insisten en que sus bebés tengan una intensa presencia digital, no debería sorprender que celebridades como Victoria Beckham nos bombardeen en Twitter y Facebook con las imágenes de sus hijos y además, aprovechen cualquier oportunidad para pasearlos públicamente de sarao en sarao, sobre todo si aquello además les proporciona ingresos extra. De esos negocios apenas se habla, aunque sí se sabe que vender la exclusiva de las fotos de un bebé recién nacido se paga muy bien según en qué revista.

No está claro lo que ha cobrado Alec Baldwin por presentar a su hija Carmen Gabriela ante el mundo en People a principios de septiembre, aunque seguramente la cifra está lejos de la de los bebés mejor pagados del mercado: Knox-Leon y Vivienne Marcheline Jolie-Pitt. Angelina Jolie y Brad Pitt, padres de seis hijos a los que tratan de alejar de los focos, cobraron 14 millones de dólares (poco más de 10,5 millones de euros) por mostrar a sus gemelos en la misma publicación hace cinco años, el doble de lo que supuestamente cobró Jennifer Lopez por los suyos, según contó la agencia AP. Eso sí, los Jolie-Pitt donaron sus ingresos con fines benéficos, JLo y y Marc Anthony, no.

Corría el año 2008 y Twitter aún no era una obsesión mediática planetaria. Ahora, las celebridades cobran por mencionar productos, lugares o personas en sus cuentas, y quién sabe si también por mostrar a sus hijos en las mismas (los niños también son un perfecto lugar para el product placement infantil). Victoria Beckham es sin duda una de las expertas en el asunto: su hija Harper es tuiteada por su madre continuamente. Hace unos días, la pequeña de dos años se convertía en Nueva York en la protagonista del desfile de presentación de la nueva colección de su madre, al sentarse junto a la poderosa directora del Vogue América Anna Wintour. Victoria Beckham se ocupó de informarlo en Twitter, pero no era necesario: al día siguiente, la foto de Harper y su padre en la primera línea de la semana de la moda de Nueva York aparecía en medios de todo el mundo. Poco antes, la diseñadora había tuiteado la foto del bolso con forma de perro que llevaría su hija al desfile, de una marca que seguramente lleva haciendo caja desde entonces.

Shakira y Piqué fueron de los primeros que optaron por hacer la presentación pública de su hijo vía Twitter. Ambos son hiperactivos online, así que desde el nacimiento de Milan no han parado de mostrárselo a los 22 millones de seguidores de ella y a los casi 7 de él, que suelen responder con mensajes de adoración extrema. Últimamente, al bebé se lo ha visto luciendo una camiseta de ACDC, leyendo el National Geographic, de veraneo en Francia…

La otra cara de la moneda la ofrecen Penélope Cruz y Javier Bardem. La oscarizada pareja ha demostrado que se puede ser célebre y no tener perfil en las redes sociales, y, lo que es más raro, se puede tener hijos y no exponerlos. Este verano toda la prensa rosa buscaba la imagen de Luna, el segundo bebé de la pareja, nacida en julio en Madrid, pero de momento nadie la ha conseguido. Las fotos de paparazzi son las únicas que se tienen de su primogénito Leo, nacido en Los Ángeles hace dos años. Penélope ya dejó claro entonces en una entrevista en Vanity Fair que lucharía con uñas y dientes para preservar la privacidad de su descendencia. Sin duda, Michael Jackson estaría orgulloso de ella.

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