Emprendedores, ¿solos ante el peligro?
Por Sonia Felipe Larios
Recientemente hemos sabido que TVE y Telecinco preparan sendos programas orientados a emprendedores en busca de financiación. TVE pretende traer a España Dragon´s Den (cueva de dragones), un formato de éxito creado en Japón y que actualmente se emite en 16 países, en el que emprendedores anónimos presentan sus ideas a un panel de inversores, que decidirán si la idea es viable y les interesa invertir en ella. Mientras tanto, Tele 5 prepara la adaptación de Shark Tank *(tanque de tiburones), otro formato similar de gran éxito en la cadena estadounidense ABC, donde los concursantes tienen 30 segundos para convencer a los inversores de que inviertan en sus proyectos. Todo ello dentro de un ascensor que sube y baja.
Cual ONG, las productoras de estos concursos ensalzan las ventajas de ambos formatos, cuyo objetivo es “fomentar la cultura y el espíritu emprendedor en nuestro país (…) para potenciar la creación de empresas, y por lo tanto la generación de empleo, tan necesario en nuestro país”, según publica esta web.
En principio, este tipo de concursos podría traer a nuestras pantallas algunos aspectos positivos, como el fomento de la sana competencia, el estímulo por superarse o el afán de mejora, valores que tan bien ha transmitido siempre el deporte. E incluso hay quien considera que estos programas pueden contribuir a la educación económica del ciudadano medio, recuperando el papel educador de la televisión, tan olvidado en nuestros días.
Sin embargo, existen otros aspectos menos positivos que conviene no perder de vista:
Dragones y tiburones: si bien TVE y Telecinco han elegido nombres muy diferentes para la adaptación de estos formatos (“Tu oportunidad” y “La incubadora”, respectivamente), más políticamente correctos, da que pensar que sus versiones en inglés se llamen “cueva de dragones” o “tanque de tiburones”, lo que deja bien claro cuál es el papel que se otorga a los inversores en estos concursos. Una concepción en blanco y negro, sin escala de grises, que sitúa a los financiadores en el lado de los “malos”, denostando el papel clave que tienen a la hora de promover el desarrollo de empresas y organizaciones. Sin olvidar a los llamados business angels, el micromecenazgo o las entidades de crédito que promueven unas finanzas con valores.
La soledad del emprendedor: el objetivo de educar al público en temas económicos se contradice con la imagen del emprendedor solitario que se enfrenta a un grupo de inversores-dragones o inversores-tiburones. La economía es, ante todo, relación entre personas: ponemos nuestras capacidades al servicio de otros que, a su vez y mediante su trabajo, cubren nuestras necesidades. Las empresas y los proyectos salen adelante por el tesón de sus promotores, que encuentran socios financieros relevantes, clientes interesados por su propuesta, proveedores estratégicos con los que colaborar y otros compañeros de viaje con los que crear red.
El espectáculo por encima de todo: la experiencia de concurso de talentos que tenemos en España es la de unos participantes que se exponen públicamente a ser ensalzados o ridiculizados por un jurado donde nunca falta el tirano y el graciosillo. Si las exigencias del guión lo imponen, será una lástima ver a los emprendedores confiar sus sueños a unas audiencias que premian el morbo, el conflicto y la crítica.
Confiemos en que el buen hacer de estas cadenas de televisión sepan contrarrestar estos posibles elementos negativos y que el resultado sea tan positivo como predican. Que no hagan del fracaso un espectáculo.
Fotografía de apertura: © Anna Bogatyreva/123RF.COM
*NOTA CORRECTORA DEL AUTOR: Desde Sony Pictures Televisión indican que el formato Shark Tank no ha sido licenciado en España, por lo que no es cierta la información publicada a la que enlaza este artículo que afirma su adaptación por parte de Telecinco. Pedimos disculpas.
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