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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Demasiada suciedad

En la primera mitad de los años ochenta viajé por primera vez a Centroeuropa y a algunos países del Este antes de que cayera el muro de Berlín en 1989. En aquel momento observé con rabia y desolación, por la comparación con España, lo limpias que estaban sus ciudades y el mayor grado de civismo de sus habitantes respecto al nuestro. Ahora he vuelto a Croacia, Viena, Praga, Budapest y Karlovy Vary y sigo observando lo mismo.

No hemos mejorado mucho en este tema. Vivo en Madrid desde el año 1981 y las calles siguen estando sucias, especialmente en los barrios o distritos más humildes. Esto no quiere decir que los pobres sean más sucios que los ricos, sino que en sus barrios se emplea menos dinero y empeño en la recogida de basuras y en la limpieza diaria. Papeles de variopinto origen y naturaleza, cartones, bolsas de plástico, latas de bebidas, hojarasca vegetal y todo tipo de desechos siembran nuestras calles y avenidas.

Si nos movemos por el país en coche, tren o autobús, podemos observar cómo las cunetas, zonas de descanso en carreteras, caminos, gasolineras, rotondas o merenderos, a pesar de tener papeleras u otros recipientes para la basura, siguen estando sucias.

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No es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia. Esta sigue siendo una asignatura que suspendemos año tras año. A las personas y a los países también se les conoce y aprecia por su limpieza e higiene.— Agustín Arroyo Carro.

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