Reestructurarse a uno mismo

No entiendo de política. No me gusta ni me gustó nunca, y menos ahora que toda fe en cualquier político se ha perdido por completo.

Yo he tenido la suerte o la desgracia de rodearme de las dos partes. Izquierda y derecha en idénticas dosis para contrastar y, sobre todo, comprender que ninguna situación política es buena si la gente es mala. Nos comportamos como salvajes guiados por la ley del más fuerte, aquí quien tiene poder roba porque puede, y así nos va. Y mientras tanto, nos dedicamos a devorarnos unos a los otros, y hablamos de violencia cegados por el “ojo por ojo” cuando en realidad más de uno debería luchar por reestructurarse a sí mismo antes que pensar en reestructurar el país. Me pregunto si es esta la educación moral que queremos dar a nuestros hijos, me pregunto si no habrá sido ese el problema de los muchos que hoy, con su hipocresía y avaricia, están cargándose el mundo poco a poco.

No entiendo de política, ya lo dije, pero sí de buenas personas, y considero que el cambio comenzará por cambiarnos a nosotros mismos, reflexionar y profundizar en la educación moral para que a los que vienen detrás de nosotros no les toque vivir esta situación. Es entonces cuando podremos hablar de cambiar el mundo.— Paula Montojo Torrente.