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Una mirada a la educación infantil

Javier Salvatierra
<span >Escuela infantil pública La font del Rieral, en Santa Eulalia de Ronçana (comarca del Vallés Oriental), cerrada este curso por los recortes. / CARLES RIBAS</span>
Escuela infantil pública La font del Rieral, en Santa Eulalia de Ronçana (comarca del Vallés Oriental), cerrada este curso por los recortes. / CARLES RIBAS

El 31 de enero de 2012, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, soltó, en sede parlamentaria y sin ruborizarse ni nada, que la “educación de 0 a 3 años no es educación, sino básicamente conciliación” (diario de sesiones del Congreso, páginas 34 (final) y 35). Fue en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados, en una comparecencia para esbozar los grandes rasgos de una reforma educativa que incluye, aunque aún no está en vigor, entre otras cosas, la eliminación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Un poco después de aquello comenzaba yo un proyecto sin tener muy claro a dónde me podía llevar. Me ha llevado, finalmente, al puerto que se esperaba: el nacimiento de una criatura, Anécdotas de guardería, mi primer libro.

LibroEl proyecto de libro implicaba, principalmente, ponerme en contacto con cuantas escuelas infantiles de toda España fuese capaz, asegurarles que era quien decía ser y, una vez creído, convencerles de que me contasen las historias que con mayor intensidad se hubiesen grabado en su memoria. Por dramáticas, por divertidas, por tiernas, por llamativas, por divertidas, por emotivas, por lo que fuese. Como les decía en un correo explicativo: “os pongo a hacer memoria, ya me perdonareis”.

Y no fueron pocos los que me perdonaron. María, Mary Cruz, Javier, Gemma, Gema, Blanca, Miriam, María José, Ana, Paula... Perdonad que no os nombre a todos, pero a todos os estaré eternamente agradecido -y mi madre también. Fueron ellos -bueno, ellas, casi totalmente- los que han hecho posible que el libro esté en la calle, junto con el otro lado, Carmen y María, de Ediciones B.

Con las historias que han tenido a bien dejarme en las manos, me he reído, estremecido, sorprendido, asustado; me he llevado las manos a la cabeza o he dudado, incluso no he creído; con algunas hasta he llorado. Y he aprendido un montón, no tanto sobre niños, que también, sino sobre todo sobre las escuelas infantiles, sobre un trabajo que muy pocos de los que somos padres seríamos capaces de hacer -a ver, el valiente que se atreva a meterse ocho horas en una clase con 18 o 20 niños de 2-3 años, que levante la mano-; un trabajo que implica una responsabilidad enorme -pensemos en accidentes, sangre, atragantamientos, alergias...-; un trabajo que implica aguantar a mucho adulto impertinente, bocazas, inseguro, tarugo...; y un trabajo que tampoco está ni mucho menos bien pagado y que requiere un título, una formación.

Y un trabajo, en fin, que resulta en pequeñines de tres años - o casi- que inician el colegio distinguiendo el color rojo del azul, el cuadrado del triángulo, que son capaces de comer solos -aunque no lo hagan tanto como nos gustaría-, que saben pedir las cosas por favor, dar las gracias y pedir perdón -aunque no lo hagan tanto como nos gustaría-, que son capaces de cantar canciones, ejecutar bailes y recitar algunos versos, que saben qué muñequito del semáforo les dice cuándo cruzar la calle, que respetan turnos a la hora de jugar, que trabajan rudimentariamente en equipo; que incluso, a veces, saben leer o contar rudimentariamente, que saludan, que respetan. En una palabra, señor Wert, educación.

Y no es que lo diga yo, que al fin y al cabo, ¿quién soy? Otros, mucho más versados que yo en la materia, ya lo han hecho, como Dino Salinas, profesor de Magisterio de la Universidad de Valencia, que escribió este artículo en EL PAÍS al poco de las desafortunadas palabras del ministro. Y también algunos de los maestros que me regalaron sus historias, que me trasladaron la frustración que les dejó la intervención parlamentaria, cuando llevan años luchando por que se reconozca y valore la dimensión educativa de su labor, a la que acompaña una asistencial, también, a qué negarlo. Muchos de ellos intentan desterrar una palabra de nuestro lenguaje: guardería. Porque los centros en los que trabajan no son aparcamientos de niños donde se les mantiene con vida y en condiciones higiénicas aceptables. Ellos trabajan en escuelas infantiles. Y la ley les da la razón, al menos la que está actualmente vigente, la Ley Orgánica de Educación de 2006, cuyo artículo 12 dice textualmente: La educación infantil constituye la etapa educativa con identidad propia que atiende a niñas y niños desde el nacimiento hasta los seis años de edad”. Otras leyes educativas aprobadas desde la transición iban por idénticos derroteros.

Por eso decía al principio lo del incierto destino del viaje en el que me embarqué, para sufrimiento de los míos, el año pasado. Porque la idea principal del libro era echar un vistazo al interior de las escuelas infantiles -aunque se llamen guarderías en el título, cosas del uso del lenguaje- a través de pequeñas historias, para echar un poco de luz sobre lo que hacen dentro nuestros hijos, que no siempre estamos en condiciones de saberlo. Pretendía coleccionar hazañas y absurdos, mover a la risa, siquiera a la sonrisa. Espero haberlo conseguido, hay quien me dice que sí. Pero también me he encontrado, y muy a gusto, reivindicando con él un trabajo y a quienes lo realizan.

Comentarios

Acto de presentación de la Plataforma en Defensa de las Libertades Democráticas (PDLD). Día: Jueves 16 de Mayo. Hora: 19:30 horas.Lugar: Club de Amigos de la UNESCO (CAUM), Plaza Tirso de Molina 8, 1º. Madrid.Intervendrán.Oscar López Corral (Marat), miembro de la plataforma.Rubén Gómez Garralón, profesor interino en lucha.Gabriel Tuesta, presidente de la asociación de inmigrantes COIN.Shangay Lily, artivista/ blogger Diario Público.Alfonso Pérez, delegado sindical CTA Iberia.Nega, integrante del grupo de rap "Los chikos del maíz".Ángel García, de Salvemos Telemadrid.Presenta: Alberto San Juan, actor.Plataforma en Defensa de las Libertades Democráticas (PDLD).Blog de la Plataforma: http://libertadesdemocraticas.org/
Nuestro anterior negocio era una escuela infantil el ratoncito perez (CERRADA POR CRISIS) Ahora os recomendamos restaurantes de precios para la crisis, cantidades generosas con cantidad y calidad y precios reducidos http://www.capitanfood.com
Artículo que solo muestra de pasada lo que promete, para encajar un anuncio de su libro, que para colmo lleva en su título a grandes letras coloridas la palabra Guardería, cuya definición encierra el problema en su conjunto. Aprovecha la crisis, como hace el CapitanFood en su primer comentario...
El primer problema es que podemos llamar educación a muchas cosas: a cualquier aprendizaje propio de la especie, como caminar bípedamente o adquirir el idioma materno; también puede ser aprender las normas de tu cultura; o adquirir conocimientos, como leer, escribir, o matemáticas; o socializar. Cualquiera puede opinar que una parte de estos aspectos son “educación”, y otros son otras cosas; pero lo que está claro es que las crías humanas se impregnan y se forman con las impresiones que reciben desde el mismo momento del nacimiento. Y que esas influencias son determinantes para el resto de su vida y para el conjunto de la sociedad en la que vive ese individuo. El conjunto de habilidades que, según el autor del blog, adquiere el niño de 0 a 3 años en la Escuela Infantil, sería mucho mejor que lo pudiese adquirir en el seno de su familia; porque así ha sido diseñada nuestra especie, y separar al niño de 0 a 3 años durante horas, de su madre, es un acto antinatural que tiene repercusiones. Sin embargo, es un hecho que una buena parte de la sociedad no se puede permitir dejar de trabajar durante años para acompañar el desarrollo de sus hijos (ya que nuestra sociedad existe por y para el Sistema Productivo). Y por ello se hace necesaria la Escuela Infantil, una escuela que precisamente por sustituir la presencia de la madre, demandada por nuestra naturaleza, debe ser extraordinariamente cualificada, conducida por los mejores de entre nosotros, y apoyada por toda la sociedad, con todos sus recursos, de manera masiva, incondicional y exquisita. Nos va todo en ello.
Yo estoy leyendome el libro ahora, y me esta pareciendo tanto informativo como entretenido. Me rio cada vez que me acuerdo de la anectoda del chorizo de aceite :o)) Gracias! Responde a muchas de mis dudas, aunque me quedo con las ganas de saber la receta magica para conseguir que tantos niños se duerman en la misma habitacion y a la vez!
tiene razón An Human, todo lo que se expone lo puede aprender un niño en su casa, la mia no necesitó ir a guarderia para saber mucho más antes de cumplir 3 años..al iniciar P3, su maestra incluso me comentó que sabia tanto o mas que los que venian de guarderia, y que era tan sociable y educada como éstos, pero la verdad es que es un lujo hoy en dia, y además muchos hogares son pobres no en dinero sino en atención,enseñanzas y estímulos o son tan disfuncionales que para el niño la guarderia es su oasis emocional y/o intelectual, por lo que hay que apoyar a la escuela infantil para que sea la mejor posible para los niños.. El comentario de Ruben también es pertinente, al menos la autora podría comentarnos algunas anécdotas, alguna reflexión, no solo autopublicidad, eso le ha quedado un poco feo..
ah! me equivoqué, es un autor, disculpe, pero vale igual el comentario sobre autopublicidad..
A mí me encantaría poder enseñarle todo eso a mi hijo en casa, pero la baja de maternidad dura 16 semanas... Y luego hay que volver al trabajo porque, no nos engañemos, tenemos que traer dinero a casa para poner un plato en la mesa y un techo sobre nuestras cabezas.Imagino que habrá madres que decidan quedarse en casa y criar a sus hijos, ENHORABUENA por ellas, pero a las otras, a las que son como yo también hay que darnos la ENHORABUENA porque tratamos de sacar adelante nuestras familias, aunque eso nos cueste separarnos de nuestros pequeños.Por eso las guarderías son tan importantes, porque hacen el relevo entre la educación en casa y lo que será el colegio.
Me parece sorprendente que escribas este libro, y este artículo, y no sepas la diferencia entre una GUARDERIA y una ESCUELA INFANTIL, y digas que la diferencia es solo "cosas del uso del lenguaje", porque NO, no es lo mismo. Y todos los educadores infantiles que han colaborado contandote "sus experiencias", y los que no, supongo estarán muy disgustados con este desafortunado comentario...Fdo.: Un admirador y seguidor de este blog.
Lo siento, Rul. Creo que no has entendido nada.
Una cosa tengo clara, educación va de la mano de coherencia. Las políticas públicas son en extremo importantes; sin embargo me quedo pensando , y si hubiese algo llamado "politicas para dentro de la casa"? Al respecto, les comparto un artículo que aborda un tipo de educación, es un tena espinoso para algunos, se trata de lo que llamaríamos educación financiera para los niños. http://nuestramejorherencia.blogspot.com/

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