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Netanyahu se burla de sí mismo en un programa de televisión

El primer ministro de Israel visita a su imitador más famoso y bromea sobre política

Benjamín Netanyahu, a la derecha, junto a su imitador Mariano Idelman.
Benjamín Netanyahu, a la derecha, junto a su imitador Mariano Idelman.

Y al tercer mandato, Bibi optó por el helado. Recientemente reelegido en el cargo, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, accedió finalmente a aparecer en uno de los programas satíricos más célebres de la televisión de su país, junto al actor que normalmente lo imita, y se permitió bromear sobre la política y sobre su vida personal, e incluso sobre el hecho de que recientemente se descubriera que en el presupuesto de su oficina había incluida una partida de 2.100 euros anuales para helado de pistacho y vainilla, sus favoritos.

El programa en cuestión se llama Eretz Nehederet (Un país maravilloso), y se emite desde 2003. Sus guionistas no conocen límites, ni atienden a las reglas de la corrección política. Netanyahu, interpretado por el actor Mariano Idelman, nacido en Argentina, es un personaje recurrente. En un gag de hace tres años el primer ministro ficticio visitó la Casa Blanca en Washington y, por error, pisoteó la bandera estadounidense, además de prenderle fuego junto a una copia en papel de las propuestas del plan de paz del presidente Barack Obama.

El Netanyahu real accedió a aparecer en el programa en el día del 65 aniversario de la declaración de independencia de Israel, este martes. Se sentó en el plató junto a su doble, los dos vestidos de forma idéntica, con traje y corbata azul. El presentador, Eyal Kitzis, lo felicitó por su reelección. “Ya sabes lo que dicen. Al tercero, helado”, dijo el primer ministro. Se burlaba así de la célebre partida destinada a comprar helado de un establecimiento artesanal cercano a su residencia, en Jerusalén. Acto seguido, su doble sacó de debajo de la mesa dos conos de pistacho y le ofreció uno. Netanyahu lo aceptó, con aire resignado.

El primer ministro se atrevió con asuntos más delicados, como el proceso de paz. El presentador le preguntó si se toma en serio las negociaciones, y si aceptaría firmar un acuerdo si el presidente palestino, Mahmud Abbas, asume las condiciones de Israel. “Que me traigan los documentos y nos sentaremos a dialogar”, dijo el Netanyahu real. Inmediatamente, su doble tradujo lo que, a su entender, Netanyahu quería decir en realidad: “Lo que quiere decir es: No te preocupes, los tendremos entretenidos durante otros cuatro años más”.

Eretz Nehederet es todo un fenómeno televisivo en Israel. Tanto, que el propio presidente Obama, en su visita a Jerusalén el mes pasado, llegó a mencionarlo en su discurso a la juventud israelí. “Solo quiero aclarar que cualquier tensión entre mi amigo Bibi y yo a lo largo de los años no ha sido más que una trama para crear material para Eretz Nehederet”, dijo. Tras el paréntesis cómico, Netanyahu volvió ayer a la normalidad de su cargo, viajando a Londres junto a su mujer, Sara, para asistir al entierro de Margaret Thatcher.

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