Chipre, creíamos haber visto todo en injusticias
La Unión Europea ha probado rescates fallidos a Grecia y Portugal que condenan a estos países a la ruina, rescate bancario a España que condena a varias generaciones de españoles a devolver una deuda que será imposible reembolsar. Ahora que ya lo creíamos haber visto todo en injusticia, nos encontramos con Chipre, una pequeña isla con poco más de un millón de habitantes y que presenta una deuda de 10.000 millones de euros generada por políticos y banqueros, ante la cual se abre una nueva forma de tortura a la ciudadanía: se obliga a los bancos del país a bloquear las cuentas de todos los ciudadanos para retirarles fondos con el fin de hacer frente a ese “rescate” —salva la nefasta gestión de los dirigentes del país y las inversiones especulativas de sus bancos—.
La nueva ruta marcada, si se aplica en economías mayores, puede generar una tensión social y política desconocida en la historia reciente de Europa y puede empezar a fragmentar esa Comunidad “Económica” Europea. Este corralito en Chipre, puede ser un nuevo experimento de unos dirigentes que van a condenar a sus propios ciudadanos a una desigualdad injusta. En Chipre, claramente se ve que se salva la cara de banqueros corruptos y de políticos afines y se condena a todo un pueblo a pagar por los desmanes de sus dirigentes. ¿Por qué se permitió a Chipre tener esa deuda? ¿Por qué Bruselas no tiene planes de control efectivo? ¿Por qué un país que llevaba solo cuatro años con el euro y menos de 10 en la des-Unión ha llegado a esto? Creo que porque interesa así, salvar la deuda del capital a cuenta del ciudadano.— Javier Gómez Estévez.
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