Los 10 imprescindibles de Baja California Sur
Baja California es esa curiosa península que parece querer separarse del resto de México adentrándose en el océano Pacífico. Situada entre éste y elMar de Cortés,Baja California es el paisaje más atípico, original y rico en biodiversidad marina de todo México. Mi región favorita de un país gigantesco y lleno de encantos. La península quedó dividida administrativamente en dos estados. Estos son, además de los que ya he mencionado en post anteriores, los 10 lugares que no deberías dejar de visitar en un viaje por Baja California Sur:
1. Un atardecer entre cactus
Baja California Sur es una selva seca de cactus y plantas crasas que se extiende hasta tocar el mar. Un paisaje único en el mundo. Merece la pena alquilar un coche y recorrer el territorio por libre, parando allá donde el paisaje se sublima. Hay buenas zonas con cardones gigantescos a la salida de Cabo San Lucas hacia Todos Santos. También a la llegada a Loreto. En cualquier caso, la mejor recomendación es buscar un sitio donde parar al atardecer y disfrutar del espectáculo de esos miles de cactus tan altos como un edificio de cuatro pisos recortándose sobre el lienzo tornasolado del ocaso.
Loreto es otra de las poblaciones importantes de Baja California Sur. Aquí se fundo, en 1697, la primera de las muchas misiones con las que los jesuitas fueron colonizando California hasta llegar a la actual San Francisco (EEUU). La iglesia de la vieja misión sigue presidiendo el pueblo, que conserva aún mucho del encanto original de localidad pesquera y agrícola. Tiene una larga y soleada playa. La costa de Loreto está declarada Parque Nacional de la Bahía de Loreto y es un excelente lugar para hacer buceo o snorkel y excursiones en bote para avistar ballenas, lobos marinos, delfines, mantas-rayas o multitud de otras especies.
La empresaVive Loretoorganiza todo tipo de actividades acuáticas y de montaña en el Parque Nacional de la Bahía de Loreto. ElHotel Oasises una opción económica para alojarse en bungalows y habitaciones sencillas en primera línea de playa. En pleno centro,Hotel Posada de las Flores, con mucho encanto y calidez, en una casa tradicional y centenaria
El turismo alteró por completo la fisonomía de los pequeños pueblos pesqueros y agrícolas del sur de Baja. Solo uno de ellos, San José del Cabo, logró conservar un centro histórico coqueto y respetuoso con la arquitectura tradicional de Los Cabos. Las calles que rodean el zócalo de San José de los Cabos están llenas de galerías de arte, restaurantes y talleres de artesanos. Las fachadas se han convertido en un pastel de colores digno de un lienzo de Frida Khalo. Verdes eléctricos, morados imposibles, rojos bermellones, azules que empequeñecen el océano.
En Cabo San Lucas se concentran todos las glorias y miserias del turismo de masas. Aquí están los macrohoteles, el turismo de fiesta y discoteca y el paraíso del shopping. Pero si te va el hedonismo, el ver y ser visto, tienes que pasarte por la playa del Médano, donde se concentran los cuerpos esculturales, las pandillas de jóvenes norteamericanos desinhibidos durante su springbreaks y los vendedores que ofrecen desde baratijas a paseos en barca para avistar ballenas o para fotografiar el Arco, un puente de piedra que caracteriza esta zona de acantilados en la que termina la península de Baja.
5. Buceo en Cabo Pulmo
Cabo Pulmo es una remota área costera en el Mar de Cortés, casi en el sur de la península de Baja. Una polvorienta carretera de terracería lleva hasta este paraje de desierto costero sacado de una película de frontera. Unos cuantas casas de gringos jubilados y tres centros de actividades acuáticas son las únicas construcciones que alteran el paisaje. Cabo Pulmo fue declarado parque nacional para proteger el arrecife de coral duro más al norte del continente americano. Los pescadores que vivían en la zona decidieron dejar de pescar y convertirse en cuidadores del parque. Su extraordinaria vida marina atrae a multitud de amantes del submarinismo.
Cabo Pulmo Beach Resortofrece bungalows muy sencillos y un centro de buceo y snorkel
Cerca del pueblo de Todos Santos está la playa Cerritos, un paraíso de surferos y de amantes de las soledades costeras. Da al Pacífico y el mar suele estar suficientemente bravo como para no intentar meterse muy adentro. Pero los paseos por la arena y el disfrute de un entorno maravilloso y virginal, soliviantado tan solo por algún pequeño hotel y un grupo de bungalows, justifica la visita.
La capital del Estado está enclavada en el fondo de una bahía del Mar de Cortés, con una increíble variedad de vida marina y de paisajes geológicos. En una excursión en panga (bote fueraborda) por la bahía es casi seguro el avistamiento de delfines, ballenas, lobos marinos, cachalotes, tiburones ballena, rayas saltando fuera del agua y un largo etcétera. Es más que recomendable llegar hasta la isla de Espíritu Santo, declarada Patrimonio de la Humanidad, con increíbles paisajes de acantilados volcánicos y bellas playas.
Las pangas de alquiler para excursiones de día se contratan en el malecón de La Paz, frente del hotel Seven Crown. A las afueras de La Paz está elhotel Costa Baja, un resort de lujo, con buenas vistas de la bahía y el restaurante Steinbeck's. Más económico, en el centro, elhotel Seven Crown. Para cenar en una terraza al aire libre, junto al puerto, ensaladas y pizzas,Zitius.
Las ballenas grises llegan a finales de diciembre a las bahías de Magdalena, Ojo de Liebre y San Ignacio, zonas de aguas someras que usan para aparearse y para tener a sus crías. Es posible adentrase en las lagunas en barcas autorizadas para ver de cerca de estos gigantescos animales, que son tan amigable que en ocasiones se acercan a las lanchas para curiosear y dejarse fotografiar. Más información en el post de ayer.
9. Probar la gastronomía local
Sería imperdonable no probar la cultura gastronómica local en sitios populares y baratos que no tienen nada de glamour pero que a cambio ofrecen la verdadera cocina mexicana, como el Asador Superburro, de Loreto; el restaurante que la cooperativa Aquendi tiene en Puerto López Mateos (donde solo dan langosta y pescado fresco) o alguna de las taquerías populares del malecón de La Paz.
Como un espejismo entre tantas aldeas de desierto, Santa Rosalía se presenta como una coqueta y bulliciosa villa de estilo francés, con casitas de madera con jardín y porche, pintadas en colores pastel y alineadas en perfectas cuadrículas. ¿Un espejismo?. No. Es que esta aldea fue construida en 1885 por una empresa minera francesa a cambio de la concesión por 50 años de las minas de cobre que yacen en su subsuelo. Santa Rosalía vivió años de bonanza (la iglesia fue diseñada y construida en Europa por Gustav Eiffel y enviada a América por piezas en un barco) seguidos de la inevitable decadencia. La mina cerró pero el poblado quedó, readaptado ahora a la nueva fuente de riqueza del estado de Baja California Sur: el turismo.
Mi agradecimiento a AEROMÉXICO: vuelos sin sobresaltos, buena atención y puntuales en los horarios.
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