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Una foto, dos problemas

Tomàs Delclós

En una información en el digital (La tasa de supervivencia al cáncer infantil ha aumentado 25 puntos en 20 años) se publicó una foto sin firma. En los comentarios, ya algunos lectores advirtieron sobre la procedencia de la foto. Su autor es Tino Soriano. El propio Soriano me ha remitido una carta en la que muestra su lógico disgusto por lo sucedido. Tras recordar que es la segunda vez que ocurre –y que esta misma semana otro medio español también ha utilizado una foto suya sin autorización-, explica que considera grave esta apropiación porque esta foto la publicó El País Semanal en un reportaje sobre cáncer infantil firmado por mí, porque la autoría se encuentra en la información IPTF de cada foto y porque sin notificármelo y difundiendo la imagen sin firmar, se puede percibir una cierta mala fe y, por descontado, ineficacia. Hace años que colaboro con este medio y mi teléfono se conoce de sobras.

 La carta concluye con una reflexión sobre la indefensión profesional de los fotógrafos. La mayoría de profesionales vivíamos de los derechos de nuestro archivo (con unos precios un sesenta por ciento más baratos que hace 20 años) y nos sentimos impotentes cuando, una y otra vez, constatamos como aparecen nuestras fotos, en las versiones digitales e impresas de los periódicos, sin previo aviso. La decisión de publicar la foto fue ajena al departamento de Fotografía que no intervino en el proceso y fue producto más de una imprudencia que de mala fe. Se tomó de una fotogalería publicada por el diario con motivo del reportaje original que, a diferencia de otras, no estaba firmada (el nuevo sistema editorial, además, borra las referencias sobre el material editado en el antiguo) . Al advertirse el error se firmó la imagen. No cabe otra conducta que pedir disculpas al autor por lo sucedido.

Sin embargo, este episodio plantea otra reflexión más general y que también apunta el propio Soriano. Las imágenes de personas enfermas tomadas con un fin específico, para un determinado reportaje, no deben utilizarse como ilustración de otras noticias al cabo de un tiempo, meses o años, porque las circunstancias en que vivía el protagonista de la foto es previsible que hayan cambiado y se desconocen.

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Comentarios

Hace alguna semana pasó lo mismo con un caso de plagio de un artículo de otro periódico. Ahora el uso de una fotografía sin permiso: entiendo que debería ser objeto de una disculpa de la Dirección del periódico -similar a la que tuvo lugar tras la bochornosa foto del falso Chávez entubado-, pero que no tiene nada que ver con una sección de defensa del lector.
Estoy de acuerdo, no sólo es cuestión de respeto hacia la dignidad del enfermo. Es cuestión de delicadeza y de humanidad.
Creo que en este caso, más que a los derechos del lector, el error afecta a los derechos de personas concretas. Por lo tanto, las disculpas deberían proceder de otro nivel y no del defensor del lector, aunque no entiendo por qué Tino Soriano no ha remitido el correo con su disgusto a otra instancia. Tal vez lo haya hecho también pero el marrón se lo haya tenido que comer el defensor del lector.
Don Tomás, tienen que ser más rigurosos con el tema de las fotos. Quizá no tiene mucha importancia pero en la noticia del atentado de hoy, en Damasco, se ve claramente una incongruencia en la foto 6, como bien señalan dos lectores en los comentarios. No puede ser que haya habido un atentado contra el régimen y diga en el pie de la foto que tres hombres armados que aperecen en la instantánea sean "rebeldes sirios". ¿Quién escribe los pies de foto? ¿se escribe cualquier cosa para salir del paso?

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