“No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”
“Por la mañana, cuando veo cómo visten a mis niños”, ese es el momento preferido de la ministra Ana Mato. Raro concepto de una persona que representa a la mayoría de los españoles, porque la mayoría de los españoles, le podría decir a Ana Mato que, no es que no puedan ver vestir a sus niños, es que les preocupa llegar a fin de mes por si al mes siguiente no pueden vestirlos. Le damos las gracias al periodista gallego Manuel Jabois por recordarnos el sentimiento tan profundo de Mato.
Decía Lincoln que “no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Oportuna cita en los tiempos que corren. No sólo hay rumores de presunta corrupción en el PP, sino que también la ministra Ana Mato se ve salpicada por las actividades de la Gürtel. Ella niega haber recibido 50.000 euros en viajes, productos Louis Vuitton, y disfrutado de las fiestas de los cumpleaños de sus hijos por valor de hasta 11.800 euros. A pesar de que la policía confirme viajes y obsequios que se han entregado a Ana Mato, ella niega haber tenido vinculación alguna. ¿No es un poco extraño que una mujer no se entere de las actividades de su marido mientras empresarios siguen abriendo interrogantes?
Hay políticos en su partido que defienden su integridad: como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Gallardón, Soraya Sáenz de Santamaría… Pero no todos en el Partido Popular están por la labor de defenderla. El presidente gallego, Nuñez Feijóo le pide “explicaciones contundentes” a la ministra para que defienda su honorabilidad. Y Esperanza Aguirre “aseguró también que ella habría destituido a la ministra de Sanidad, Ana Mato, a la que una unidad policial identifica con gastos y pagos de la trama Gürtel”.
Así las cosas, en la calle la gente pide que no se les engañe a todos todo el tiempo...
Si bien la feminización de la política es necesaria, parece que el de Ana Mato no es el mejor ejemplo. Hay mujeres a las que les cuesta mucho tener puestos de envergadura: pero cuando se llega a tener, hay que defenderlo. El talento de las mujeres en política se debe aprovechar, pero para mejorar la política, no para enriquecer bolsillos masculinos ni femeninos. Tenía razón Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile: "Cuando una mujer entra a la política cambia la mujer, pero cuando muchas mujeres entran en la política, cambia la política”.
Foto: Ana Mato, por Juanjo Martín (Efe)
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