Los hijos de Ballesteros controlarán su legado
Tras 20 meses de negociaciones la familia del fallecido golfista llega a un acuerdo sobre su herencia y evita los tribunales
Después de casi 20 meses de incertidumbre por el testamento del golfista Severiano Ballesteros, el desencuentro por una de las herencias más estimables en el ámbito del deporte ha quedado definitiva y amistosamente resuelto.
Ahora se ha sabido que el pasado sábado y ante un notario en Madrid, los herederos legítimos de Severiano Ballesteros (sus tres hijos), por un parte, y por otra uno de los primos de estos, Iván Ballesteros e hijo de Baldomero Ballesteros, pusieron fin a sus diferencias por el testamento de uno de los deportistas más sobresalientes que ha arrojado el deporte español y mundial.
Las discrepancias tras conocer el contenido del testamento de Seve, fallecido el 7 de mayo de 2011, resultaron con el tiempo embarazosas por cuanto interrelacionó, por un lado, a familiares directos (primos, sobrinos y hermanos de Seve), y también por tratarse de una parte de la gestión de la Fundación Seve Ballesteros y sus derechos de imagen, una entidad privada sin ánimo de lucro y que creó el genial golfista cántabro para luchar contra la enfermedad que acabó con su vida: los tumores cerebrales Seve Ballesteros, fallecido a los 54 años en su pueblo natal de Pedreña (Cantabria), legó parte de sus bienes patrimoniales, la dirección de la Fundación que lleva su nombre y su explotación de derechos de imagen al patrono fundador y vicepresidente vitalicio, entonces su sobrino Iván.
Este desempeñó los mencionados cargos en la Fundación desde la creación de esta entidad, en junio de 2009, hasta su reciente dimisión.
Tras el acuerdo firmado ante notario entre las partes, Iván Ballesteros comunicó que sus atribuciones en la Fundación serán asumidas, a partir de ese instante, por los hijos legítimos de Seve Ballesteros, Javier, Miguel y Carmen, y de Carmen Botín, exmujer del golfista cántabro considerado como uno de los grandes iconos de este deporte e hija de Emilio Botín, presidente del Banco de Santander.
Iván Ballesteros trabajó durante 15 años en las empresas gestionadas por la familia Ballesteros, de organización de torneos profesionales y de diseño de campos de golf. Desde junio de 2009, meses después de que le fueran detectados dos tumores cerebrales a Seve Ballesteros, su sobrino Iván, por expreso deseo del golfista, tomó las riendas de la Fundación, una entidad privada sin ánimo de lucro y cuyo fin es recaudar fondos y destinarlos, posteriormente, a la investigación contra los tumores cerebrales.
Por medio de esta Fundación, Iván Ballesteros gestionó, entre otras actividades, la organización del torneo solidario llamado Desafío Seve Ballesteros, del que se han completado dos ediciones (2010 y 2011) y en el que llegaron a participar cada año más de 11.000 jugadores en toda España, en campos repartidos por la geografía nacional.
Asimismo, la Fundación ha organizado subastas de algunos objetos del golfista, ha colaborado en el lanzamiento de sellos conmemorativos del campeón de golf y participado en otras iniciativas también solidarias, como la última venta por parte del Tour europeo de la ropa que usaron los jugadores en la Ryder Cup de 2012 como homenaje a Severiano.
El mismo sábado, tras el acuerdo que puso fin a las desavenencias por el testamento del golfista de Pedreña, Iván Ballesteros envió un comunicado en el que se desvinculaba totalmente de la Fundación Seve, advirtiendo de que la nueva gestión recaería a partir de ese instante en sus primos -Javier, Miguel y Carmen-.
"Cierro una fase de mi vida profesional", comunicó Iván Ballesteros, quien cambia su residencia a Hong Kong, lugar donde, según explicó, continuará trabajando con la empresa Entertainment Group, propietaria del torneo de golf The Royal Trophy y promotora de eventos deportivos en Asia.
Hong Kong es una de las ciudades más prósperas del continente asiático, con importantes relaciones comerciales, sobre todo con China, y que figura en el listado publicado por la Hacienda española sobre paraísos fiscales.
Javier, Miguel y Carmen, los tres hijos todos mayores de edad del difunto Severiano y Carmen Botín, enviaron hoy un comunicado por el que asumen la gestión íntegra de la Fundación Seve Ballesteros. Javier, el primogénito, asume la mayor responsabilidad al frente de la Fundación y siempre con el respaldo de sus dos hermanos y también patronos de dicha entidad benéfica. Los tres hijos de Severiano Ballesteros velarán por el "estricto cumplimiento de los fines fundacionales".
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