Cicciolina lanza un partido que defiende el amor y la naturaleza
La ex actriz pornográfica vuelve a la política, a la cabeza de una nueva agrupación Promete legalizar la prostitución y el matrimonio homosexual
La sonrisa rojo carmesí maliciosa de Ilona Staller, más conocida como Cicciolina, amenaza con volver a la política italiana. La exactriz pornográfica se pasea por estos días en locales romanos con un traje negro transparente que deja ver sus senos prominentes y, cómo no, ese aura sexual que envuelve todos sus movimientos. Su recientes apariciones públicas tienen como objetivo promocionar su nuevo partido político, el DNA (Democracia, Naturaleza, Amor). Lo lidera junto con su compañero sentimental, el abogado penalista Luca Di Carlo.
El DNA es un partido de dos cabezas, lo cual significa que Cicciolina y Di Carlo se presentan como presidentes de una única agrupación. Entre los puntos más calientes del programa destacan la reapertura de las casas cerradas -antiguos prostíbulos-, el reconocimiento de la prostitución como profesión y la legalización del matrimonio entre parejas homosexuales. El nuevo partido, que está listo para presentarse a las elecciones del próximo 24 de febrero, promete además un salario mínimo garantizado para los jóvenes. Y es que la situación actual de la juventud italiana es poco halagadora: el 32,6% de las personas entre 15 y 24 años carecen de oficio y no vislumbra esperanza de encontrarlo, según el Instituto Nacional de Estadística Italiano (ISTAT). A la pregunta de cómo pretende financiar el salario juvenil, la Cicciolina responde a la prensa: “Recortando los gastos militares”.
“En nuestra lista aparecerán personas comunes de todas las clases sociales", ha explicado la exactriz a los medios italianos. "Esta es una agrupación que busca dar una verdadera representación al pueblo y está en contra del despotismo y del gobierno elitista”. Sus palabras sintonizan con una parte de la línea de pensamiento del Movimiento Cinco Estrellas, encabezado por el cómico genovés Beppe Grillo y que goza de la simpatía de una buena tajada de italianos. Sin embargo, la posibilidad de una alianza entre ambos partidos es muy lejana.
La niña rubia de amor, como la llamaba Federico Fellini, fue diputada entre diputada del Partido Radical Italiano entre 1986 y 1992. Esta es la tercera ocasión que Staller se lanza a la movida arena política romana: en el 79 se sacó de la manga el Partido del Sol y trece años más tarde, el Partido del Amor. Ninguno alcanzó ni pena ni gloria, pero por ser exparlamentaria, Cicciolina cobra una pensión de 6.200 euros al mes.
A pesar de sus 62 años, Elena Anna Staller, así bautizada en su natal Budapest, sigue manteniendo una piel joven y lozana. Su rostro no evidencia demasiadas arrugas, quizás ocultas tras algún que otro retoque. Famosa por sus escenas de cama en películas para adultos, Cicciolina ha recordado en estos últimos días sus años en la Cámara de los Diputados. “Me respetaban, pero para algunos yo era una piedra en el zapato. Las mujeres del partido y de agrupaciones socialistas me respetaban mucho. Sin embargo, los hombres de otras tendencias políticas me mandaban mensajes con frases como: 'Te invito a cenar esta noche' o me preguntaban qué llevaba debajo de la ropa, ¿portaligas? ¿medias negras? Encontré diputados muy, pero que muy machistas".
"Siendo diputada afronté muchos prejuicios, pues algunos colegas me miraban diferente; pero cuando empecé a presentar propuestas de ley comenzaron a entender que no era solo una cara bonita, sino que también tenía algo dentro de mi cabeza. Cuando hablaba en la Cámara sobre la violencia sexual, muchas veces recibía aplausos. Todos los proyectos que presenté están allí, en el Parlamento, aunque ninguno de ellos ha sido aprobado”, comentaba Staller en una entrevista con esta periodista en su casa romana, en la primavera de 2006.
Cicciolina vive en un modesto apartamento con su hijo Ludwing, un guapísimo joven de 19 años, con una melena negra y los ojos azules, como los de su madre. Su padre es el artista estadounidense Jeff Koons, exmarido de Staller.
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