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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Las mujeres del año

Sin ser bolivariana, Aguirre es también un inquietante animal político. Nada mejor para un hombre preso que un poco de Esperanza. Y un poco de Esperanza es mucho

Boris Izaguirre
Esperanza Aguirre, a su salida del centro penitenciario de Segovia el pasado sábado, cuando intentó visitar a Ángel Carromero, sentenciado en Cuba a cuatro años de cárcel por el accidente que costó la vida a los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Esperanza Aguirre, a su salida del centro penitenciario de Segovia el pasado sábado, cuando intentó visitar a Ángel Carromero, sentenciado en Cuba a cuatro años de cárcel por el accidente que costó la vida a los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero. JUAN MARTÍN MISIS (EFE)

Una lista siempre llama a otra lista: cerramos 2012 enumerando nuestros hombres del año, y ahora vamos con las mujeres. Pero antes, una mujer de la semana: Jessica Bueno, la nuera aún no casada de Isabel Pantoja, que parece sufrir un síndrome posparto acrecentado porque, como Miss Sevilla 2009, confirma que su figura ha sido abombada por el embarazo. Jessica quiere recuperarla en tiempo récord mientras el padre de la criatura, siempre despreocupado por su apariencia externa, le pide que esté más centrada en el bebé. Jessica podría hacer como Stella McCartney y Gwyneth Paltrow: volverse crudivorista, es decir, aprender a comer crudo. Hay muchas cosas ricas que se pueden comer crudas, y con la mano, tanto calientes como frías. Incluso aderezadas por un chorrito de aceite y una pizquita de sal. Además, crudo será todo el año.

Otra que también está que muerde y come crudo es Gaukhar Ashkenazi, conocida como Lady Goga, la multimillonaria seminuera del dictador de Kazajistán. Le robaron joyas por valor de 3,6 millones de euros en Punta del Este. Lady Goga viaja en avión privado, desciende con sus joyas en el equipaje de mano y no las declara porque es menos engorroso. Sospecha de las camareras de la hacienda que la acogió, que al parecer la miraban mucho mientras ella rellenaba la caja de seguridad. Desvalijada, quedó descubierta como novia de Lapo Elkann, heredero de la Fiat, desdiciéndose de aquello que dijo de que jamás saldría con un hombre “más pobre que ella”. Un nuevo rico de Kazajistán tiene más dinero que los Agnelli, pero a Goga el servicio le sale más caro que los novios.

Las mujeres de 2012 no han tenido menos conflictos que las de esta semana. Soraya y Cospedal llevan cada vez peor su cruda rivalidad. Cospedal está entre lo más visto por su sueldo millonario y su gestión antidéficit. Juntas alejaron a Esperanza Aguirre del centro político y separadas la vieron brillar como mujer del año. Inolvidable y melodramática en el momentazo que nos anunciaba su retiro al mismo tiempo que dejaba atadísima su sucesión, Espe no pudo evitar reaparecer un mes después. Lo comprendimos porque en el fondo sabíamos que una política como ella jamás se marcha, ni aunque la empujen. Incluso llegó a adelantarse a Hugo Chávez, en las antípodas de su discurso político, pero de comparable carisma personal, que igual que ella dejó nombrada su sucesión a dedo antes de subirse al avión que lo llevaría a La Habana, con pocas esperanzas. Aguirre, sin ser bolivariana, es también un inquieto e inquietante animal político, no sabemos si se alimenta de carne cruda, pero tiene olfato para saber dónde se plantará un casino o por qué debe ayudar al señor Carromero a enderezar su mente mientras esté en la cárcel. Nada mejor para un hombre preso que un poco de Esperanza. Y un poco de Esperanza es mucho. Y muchísimo sabe ella del poder, quizá por eso decidió apearse: sabía que este año será más feo que el anterior y que ya reaparecerá ella cuando la necesitemos nosotros o Eurovegas.

Cristina de Borbón ha sido una mujer del año por su ansia de ser una persona normal. Un soberano esfuerzo que no ha convencido a muchos

El año 2012 nos descubrió otra mujer política, la joven visionaria Andrea Fabra, que hasta su celebre “¡que se jodan!”, dirigido desde la Cámara de Diputados a los desempleados que verían recortadas sus prestaciones, era una diputada más conocida por ser hija del mítico constructor de aeropuertos sin uso y por ser esposa de otro político del mismo partido. Ni sabíamos que cobraba un sueldo público. Su “¡que se jodan!” fue una revelación sincera y caprichosa, arbitraria para muchos, que sin embargo se probó visionaria porque antes que nadie Andrea “que se jodan” Fabra ya había advertido crudamente del abismo económico y sus consecuencias. A ella, su celebre frase le reportó fama instantánea y un tironcillo de orejas de su partido, que al final respiró aliviado cuando comprobó que, al igual que los aeropuertos de su padre, Andrea se inauguró para quedar inactiva.

Ha sido un año de economía y mujeres políticas, y por eso Angela Merkel merece sitio de honor en la lista. ¡Qué fugaz fue su visita a Madrid para darle la mano a Rajoy, sentar precedente de que su política es la austeridad y marcharse ipso facto dejándonos a todos ateridos de frío todo el año!

Y debemos cerrar lista con una mujer acostumbrada a ser la hija menor, la equilibrista entre Barcelona y Madrid, hasta que su marido se convirtió en alguien poco ejemplar. Cristina de Borbón ha sido una mujer del año por varias cosas. Lo primero, su ansia de ser una persona normal, algo de lo que sospechamos no debe estar segura al ver lo que están viviendo los normales de nuestro país. Luego nos desfiló una serie de bolsos de coste medio mientras se ajustaba a su nueva vida en una Barcelona y una España cada vez más decepcionadas, y terminó apareciendo satisfecha de que su mamá ponía la mano en el fuego, y en donde fuese, por ella. Todo ese soberano esfuerzo no ha convencido a muchos, que reprueban esta forzada gestión por reincorporar al yerno a la foto familiar. Pero doña Cristina no se preocupa mucho por las encuestas. Después de todo, la opinión pública no la hace más o menos infanta. Pero sí puede hacerla mujer del año, porque, pese a todo lo que adelgazó su marido, ella salvará, como las otras mujeres del año, el pellejo.

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