Juego de tronos
Vale que el Rey, desde su tropiezo elefantiásico, se lo ha currado para vender la marca España. Pero su discurso navideño fue el menos visto en 15 años. Fíate de las encuestas y no corras, Spottorno
Estaba sopesando dedicar esta tribuna al hecho insólito de que el bebé de Kiko y Jessica cumple dos meses y aún no le hemos visto el pelo, cuando caigo en que esta es mi última parida del año y digo yo que tendré que hacer balance o algo. Qué pereza. Menos mal que salió ¡Hola! y me sacó del apuro. Ni el Financial Times, poniendo a parir a Guindos. Ni el New York Ídem, sacándonos de muertos de hambre. Ni la BBC, restregándonos las corruptelas por el hocico, según claman la alcaldesa Barberá y el embajador Trillo, ponderados analistas. Donde esté la biblia rosa –y RTVE desde que Somoano tomó el mando–, que se quite la prensa nacional y extranjera para glosar lo bien que nos va la cosa, digan lo que digan.
Donde esté la biblia rosa –y RTVE desde que Somoano tomó el mando–, que se quite la prensa nacional y extranjera para glosar lo bien que nos va la cosa, digan lo que digan
El Pijísimo Evangelio se complace en mostrarnos, por fin, a las mujeres y los niños de la Familia Real –se ve que los hombres tenían lío en el curro– yendo en amor y compañía a ver un musical en la Gran Vía. Sonrisas y lágrimas, concretamente, ahora que se ha salido con la suya tras un año de tejemanejes, no va a empezar doña Sofía a dar puntada sin hilo. Pero, para teatro, la foto propiamente dicha. A un lado, los Borbón-Grecia por vía sanguínea cogiditos del bracete. Y al otro, a medio metro de la cuñada más próxima, por si las imputaciones son contagiosas, la princesa Letizia Ortiz Rocasolano, con su hiperexfoliado cutis saturando píxeles y un rictus más pétreo que el de Merkel con Berlusconi.
Serán cosas mías, pero últimamente veo pelín crecidita a La Zarzuela. Los asesores de la Casa han dado por superada la crisis de Botsuana, según encuestas internas. Que digo yo: internas, ¿de dónde?, ¿de palacio o de cabañas? porque a mí nadie me ha preguntado nada. Y vale que don Juan Carlos, tras su tropiezo elefantiásico, se lo ha currado en plan Marco Polo vendiendo la marca España. Pero su discurso navideño fue el menos visto en 15 años: fíate de los sondeos y no corras, Spottorno.
Por cierto que, entre bambalinas del vídeo, veo al citado Somoano en plan Spielberg, y tampoco es para tanto. El montaje, digo. El Rey de pie, aculado así como casual en la mesa de su despacho, esa es otra. Por mucha web y mucho YouTube que le hayan abierto, me da a mí que si hay un ratón en esa estancia está detrás de los cortinones. Por no hablar de la entrevista de Jesús Hermida al monarca con motivo de su 75 aniversario. Si en prensa de palacio admiten que es amable, cómo será de áulica.
El bebé de Kiko Rivera y Jessica cumple dos meses y aún no le hemos visto el pelo. Va a ser que no han llegado a un acuerdo para que la abuela salga en la foto
Llámame anglófila, pero en cuestión de audiencias, Isabel II de Inglaterra le da cien vueltas a su homólogo. En 3D, grabó The Queen su mensaje navideño. Y luego, se cala unas Wayfarer con cristal Swarovsky para disfrute de la plebe. Y no se le caen los anillos ni la corona ni nada, la majestad la lleva de serie. Así puede una llevar seis décadas en el trono. Y es que ya nadie se casa con nadie. Hasta ¡Hola! reparte su portada entre la Familia Real y la de Porcelanosa, que es la que apoquina las páginas.
Y llegamos al Misterio de la Exclusiva del Nieto de la Pantoja. Eso va a ser que no han llegado a un acuerdo para que la abuela salga en la foto. Isabel ha declarado en sede judicial que no se levanta del tresillo por menos de 350.000 pavos y no es cosa de que la pillen en falso testimonio. Los tronos no son lo que eran. Ni el de ¡Hola!, ni el de La Zarzuela ni el de Buckinham Palace. Quien paga, manda.
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