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Isabel II despide el año en 3D

La reina de Inglaterra dice adiós a su Jubileo con un discurso tridimensional

La reina Isabel lleva gafas de tres dimensiones con aplicaciones de cristales de Svarowski, al momento de grabar el discurso.
La reina Isabel lleva gafas de tres dimensiones con aplicaciones de cristales de Svarowski, al momento de grabar el discurso.JOHN STILLWELL (AFP)

Hace 80 años, el rey Jorge V se dirigió por primera vez a los británicos para felicitarles las navidades aprovechando el último grito tecnológico del momento: la radio. Se inauguró así una tradición que todavía perdura con la llegada del 25 de diciembre. Este año, la reina Isabel ha echado también mano de los métodos más avanzados y por primera vez su mensaje navideño aprovecha la tecnología tridimensional.

Aunque la televisión 3D no ha obtenido el éxito comercial que sus patrocinadores esperaban, Isabel II ha ofrecido a los británicos su tercera dimensión en un mensaje grabado de antemano en el palacio de Buckingham y que este año se ha centrado, como no podía ser de otra manera, en los fastos y festejos del 60 aniversario de su acceso al trono y en las glorias deportivas de los Juegos Olímpicos de Londres.

“Al tiempo que Londres ha sido el anfitrión de un espléndido verano de deporte, todos quienes vieron los logros y la valentía de los participantes en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos fueron inspirados por la destreza, dedicación, entrenamiento y trabajo de nuestros atletas. Al perseguir sus propios objetivos deportivos, nos han dado al resto de nosotros la oportunidad de compartir una parte de esa excitación y dramatismo”, sintetiza el mensaje real.

Aunque la gran mayoría de los británicos siguen viendo a la reina en dos dimensiones, el palacio de Buckingham ha distribuido unas imágenes de la soberana contemplándose a si misma en 3D, ayudándose de las correspondientes gafas especiales. “Hemos querido hacer algo un poco diferente en este año tan especial del Jubileo y lo de las tres dimensiones nos ha parecido algo bueno y una forma de aprovechar la tecnología a nuestra disposición”, ha subrayado un portavoz real.

Isabel II ha culminado así un año triunfal para ella y para la monarquía británica. Un año en el que las celebraciones del 60 aniversario de su subida al trono han disparado sus índices de popularidad y que ha terminado con la noticia de que los duques de Cambridge están esperando un hijo. Sea varón o hembra, ese bebé está destinado a ser el tercero en la línea de sucesión al trono después de Carlos de Inglaterra y del príncipe Guillermo.

El año, sin embargo, no ha estado exento de sobresaltos. La buena noticia del embarazo de Catalina ha quedado empañado por sus problemas de salud, que tuvo que ser hospitalizada con un cuadro agudo de náuseas y vómitos que obligó a difundir la noticia de la gestación antes de lo previsto.

También la salud del duque de Edimburgo, de 91 años, ha traído inquietudes. El marido de la reina, que el año pasado pasó una parte de las fiestas navideñas en el hospital por problemas cardíacos, tuvo que ser hospitalizado durante varios días este verano al enfriarse durante uno de los actos centrales del Jubileo, la cabalgata fluvial en el Támesis.

Como todos los años, la soberana está pasando las fiestas en el palacio de Sandringham, en Norfolk. En esta ocasión no están Guillermo y Catalina, que han decidido con permiso de la reina celebrarlas en casa de la familia de la duquesa. Tampoco está el príncipe Enrique, que se encuentra de servicio en Afganistán.

Estos días se ha publicado precisamente que Enrique formaba parte de la tripulación de un helicóptero Apache que en octubre abrió fuego contra un grupo de talibanes que estaban atacando a una patrulla. Los tabloides y algún otro medio aseguran que Enrique “ha matado a su primer talibán” y algunos aseguran incluso que se trata del jefe de una tribu. El Ministerio de Defensa no ha desmentido ni confirmado que el príncipe hubiera llegado a disparar, pero sí negado que en ese incidente muriera ningún jefe tribal.

La enfermera de Kate quiso matarse dos veces antes

Walter Oppenheimer

La muerte de la enfermera Jacintha Saldanha ha sido uno de los momentos amargos del año para la familia real británica. Saldanha se suicidó el 7 de diciembre, pocos días después de convertirse en protagonista involuntaria de la broma de dos locutores australianos que se hicieron pasar por Isabel II y por el príncipe de Gales cuando Catalina estaba ingresada en el King Edward VII Hospital. Saldanha fue la persona que pasó la llamada a la habitación de la duquesa.

Su hermano Naveen ha declarado ahora al diario The Times of India, del país donde la enfermera era originaria, que Jacintha ya había intentado quitarse la vida dos veces en el pasado y que sufría de depresión. Según las palabras del familiar de Saldanha, la enfermera intentó suicidarse el pasado enero tomando una sobredosis de barbitúricos durante una visita a India. Unos días después de aquel incidente fallido, volvió a tratar de quitarse la vida arrojándose al vacío. Sin embargo, en esa oportunidad, la caída se saldó con heridas menores.

Antes de ahorcarse en la vivienda que el hospital privado facilita para sus empleados en la capital británica, la enfermera dejó escritas tres cartas. En una de ellas, se cree que criticó el comportamiento de empleados del establecimiento sanitario tras el incidente de la broma telefónica. En otra de las misivas, daba instrucciones acerca de cómo le gustaría que se desarrollara su funeral; mientras que en la tercera expresaba su indignación contra los dos locutores australianos que tuvieron la mala suerte de lograr tomarle el pelo días antes de su muerte.

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