Hillary Clinton: “Yo misma me pongo los rulos”
La Secretaria de Estado habla abiertamente de su imagen y reconoce que se siente escrutada por la opinión pública
Las mujeres que viven expuestas al público son a veces escrutadas en exceso por su imagen. Eso le pasa a la Secretaria de Estado de Estados Unidos Hillary Clinton, que se pasa la vida viajando por todo el mundo. En concreto ella ha sido criticada por los estilistas por sus peinados. "No viajo con una peluquería, ni con nadie, que me ayude a peinarme", ha explicado Clinton en el programa de Barbara Walters que ha hecho un especial con los diez personajes más importantes de 2012.
Y confiesa que conseguir ir bien peinada es difícil en especial si tiene que asistir a un gran evento. "Tengo que ser muy rápida para tratar de encontrar una peluquería en alguna ciudad, en alguna parte, donde a menudo nadie habla Inglés". En ocasiones añade la Secretaria de Estado es "tan complicado" que ella misma se arregla. "Soy capaz de ponerme yo misma los rulos".
Sin embargo, Clinton dejó claro que el estilo del pelo no es su fuerte. "No soy muy buena en elegir como llevar mi pelo. Lo llevo años admitiendo y creo que es obvio para todos ", bromeó.
Y aunque ella se ocupa de problemas mucho más importantes de qué hacer con su pelo, Clinton admite que su apariencia es a menudo un tema candente. "Es fascinante para mí el que la gente sea tan curiosa al respecto", señala.
En las fotos de joven, Hillary aparece con la melena larga y más oscura, además de con unas enormes gafas graduadas. Años después llevó el pelo corto y fue cuando se convirtió en Secretaria de Estado cuando recuperó la melena, que lleva a veces rizadas y en ocasiones recogida en una coleta.
Cuando se le ha preguntado si le importan los comentarios dice: " Me siento liberada a estas alturas de mi vida si quiero ponerme la gafas pues me las pongo [en vez de las lentes de contacto] … Y si me quiero recoger el pelo en una cola de caballo pues me lo recojo” . Y añadió: “Simplemente no es algo que merezca que le dedique mi tiempo. Si otros quieren preocuparse por ello, pues encantada les dejo que sean ellos los que se preocupen”.
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