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La comunidad judía de Austria da un bofetón al príncipe de la cosmética

Ronald Lauder, filántropo y coleccionista de arte, ve su reputación en entredicho

Ronald Lauder.
Ronald Lauder.CORDON

Ronald Lauder es un multimillonario neoyorquino célebre por sus mecenazgos artísticos, por presidir el Congreso Judío Mundial y por ser el hijo de Estée Lauder, la fundadora del gigante de los cosméticos que lleva su nombre. Con una fortuna que ronda los 2.000 millones de euros, Lauder ha financiado diversos proyectos educativos y culturales para recuperar la vida judía en el Este de Europa tras la caída del Muro de Berlín. Pero precisamente la principal organización judía de Viena, que fue la capital intelectual de una vibrante comunidad judía durante muchas décadas, lo ha declarado persona non grata. Es un bofetón para el mecenas y líder internacional judío, acusado por la Comunidad de Culto Israelita (IKG) de haber intentado comprar votos en las elecciones internas de la organización austriaca. Así que ahora, el jefe del Congreso Judío Mundial no puede pisar las instalaciones de la organización vienesa.

El estadounidense es hermano del presidente de Estée Lauder, Leonard. La madre de ambos era la “reina de los cosméticos”, que inventó el truco publicitario de regalar pruebas a las clientes para que se decidieran por sus productos. Miembro del Partido Republicano, el multimillonario fue embajador en Austria entre 1986 y 1987, nombrado por Ronald Reagan. En 1989 trató de liderar a los republicanos en la carrera por la alcaldía de Nueva York, pero le ganó Rudolph Giuliani. También se conoce su proximidad al partido conservador israelí Likud. En Alemania, Lauder financia un centro judío de en la berlinesa Rykestrasse y otro en Colonia.

Hace un par de años también dio que hablar en la capital alemana, cuando su alcalde Klaus Wowereit decidió cerrar el viejo aeropuerto nazi de Tempelhof. Lauder ofreció invertir 350 millones en el enorme edificio. El Sendao (Gobierno regional) de Berlín rechazó la oferta. El neoyorquino criticó con dureza al alcalde socialdemócrata y sostuvo en diversas entrevistas que “Berlín va a volver a ser una ciudad pobre”. Tiene también participación en medios como el Canal 10 de Israel. Además de estas aficiones, Lauder tiene su propio museo en Manhattan, llamado Neue Galerie (en alemán en el original). Muestra arte austriaco y alemán del siglo veinte. Entre sus obras cuelga un famoso y dorado cuadro del austriaco Gustav Klimt, Adele Bloch-Bauer I, por el que Lauder pagó 135 millones de dólares en 2006.

Tras esta última acusación, Lauder reaccionó calificando de “infundados e irresponsables” los ataques del director de la IKG Oskar Deutsch, que denunció en una carta las supuestas maniobras del neoyorquino para apoyar deslealmente al candidato Martin Engelberg. Deutsch, que según el semanario vienés Profil pasa por “hombre prudente”, publicó en su carta del 3 de diciembre que los judíos están “capacitados para luchar contra los antisemitas y los enemigos”, pero no podrán “sobrevivir si los líderes judíos” que los “representan y protegen intentan comprar las elecciones”. Deutsch dice que Lauder, de 68 años, ofreció “incentivos económicos sustanciales” a diversas comunidades que integran la organización austriaca a cambio del voto a favor de Engelberg.

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