Cosas que no me gustan
No me gustan...
Las cervezas envasos de tubo
Los tubos de cristal no son buenos para nada. Ni siquiera para tomar una simple Coca Cola. Menos aún para beber cerveza que no deja de ser un vino de pan o de cereales (cebada / trigo) Las cervezas merecen respeto. Me gusta disfrutarlas en copas amplias, nunca llenas, que permiten olerlas primero y saborear el líquido después a través de una espuma densa, si están bien tiradas. Tanto me opongo a este vaso que he creado un hastag en twiter: #Noalvasodetubo
Los aceites de oliva anónimos
Las cestas con panecillos
Me gustan los panes grandes y, a ser posible, cortados al momento. Lo repetía el panadero francés Lionel Pôilane: “Igual que un arquitecto no se puede lucir diseñando casetas para gatos, un panadero no puede hacer buenos panes en formato pequeño”. Lo habitual (cada vez menos) es que antes de sentarme a la mesa se acerque una camarera preguntándome que panecillos deseo. Y siempre respondo lo mismo: “No me gustan estos panes, ¿pero cómo voy a elegir uno si todavía no sé que platos tomaré ahora?
El Café torrefacto
Empiezo a dudar si algún día desaparecerá el torrefacto de nuestras vidas. Mientras haya aficionados a tomar tinta china seguirán triunfando en los bares esos espressos renegridos, amargos hasta decir basta, sin ningún aroma y con un fondo de alquitrán deleznable. Nos queda tanto por aprender de esta bebida...
Los cubiertos de diseño
No me gusta emular a Julia Roberts en Pretty Woman, cuando en la famosa escena del restaurante intenta comerse unos caracoles No soporto casi ningún cubierto de diseño, me resbalan entre las manos y convierten la degustación de un plato en una verdadera tortura.
El ruido, las televisiones encendidas y las máquinas tragaperras
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