_
_
_
_
Blogs / Gastro
Gastronotas de Capel
Por José Carlos Capel

Sobrasada de Mallorca, del negro al rojo vivo

José Carlos Capel

A la vista picadoras de carne, mezcladoras y maquinas de embutir en acero inoxidable. Instrumental que nos fue mostrando su actual propietario, Tomeu Frau, que organiza visitas con degustaciones de distintos precios, 6,50 y 13,50 euros. ¡Qué olor tan delicioso en los secaderos¡ Nos bastó una rápida ojeada a las piezas para comprender que no hay dos iguales. Que sus tamaños dependen de la forma de los intestinos de los animales en los que se embuten y que su curación natural, muy delicada, se alarga de 3 meses a un año en función de la cantidad de relleno. Nada de tripas artificiales.

"Los cerdos gritan cuando están colgados” me dijo en un momento, para indicarme la dificultad del proceso de secado, cuando se pueden malograr contingentes completos.

No es ningún secreto que la sobrasada de Mallorca se elabora en su mayor parte con cerdos blancos procedentes de la Península y pimentón de Murcia. El clima de la isla y virtuosismo de los payeses hacen el resto. Por eso el organismo que la supervisa es una IGP y no una Denominación de Origen.

A partir de la fórmula básica, muy sencilla -- magro y tocino de cerdo, sal, pimentón y especias – se obtienen resultados bien distintos. Aún así las sobrasadas realmente interesantes son las que se elaboran con carnes de cerdo negro, raza autóctona de la isla, del mismo tronco del ibérico, que estuvo prácticamente extinguida en 1980. Cerdos que engordan en libertad en las explotaciones ganaderas. De momento tan solo representan entre el 8% y el 10% de todas las sobrasadas. Lo que sí

me ha sorprendido es algo que ignoraba. En Mallorca hay encinas. Sin embargo, a los cerdos negros destinados a sobrasada no se les permite comer bellotas. Ni tampoco maíz, ni tubérculos. Sencillamente porque bajan el punto de fusión de sus grasas y aportan sabores que no interesan. En su lugar se les da cebada, leguminosas e higos. Qué curioso, aquello que más se valora en la Península en Mallorca se desestima.

Antes de partir hicimos una cata de dos piezas -- de cerdo blanco y negro --curadas más de tres meses. Por supuesto la de cerdo negro resultó bastante más fina.

Que nadie me diga ahora que hay patés que están más buenos que este embutido rojo. Esta mañana he desayunado pan tostado con sobrasada y miel. Ahora sueño con añadir trocitos desperdigados a mis próximos huevos fritos con patatas. En twiter@JCCapel

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_