La casa real belga alza la voz ante quien cuestiona la sexualidad de su príncipe

El alboroto que generó la semana pasada en Bélgica la publicación del libro Cuestiones reales, del periodista Fréderic Debourse, ha sido el mejor revulsivo publicitario para el autor y su obra que, sin embargo, se han visto envueltos en una oleada de críticas.El libro, entre otras cosas, revelaba que el príncipe heredero, Felipe, se casó con la princesa Matilde “forzado” por su padre, Alberto II de Bélgica.El rey de los belgas habría amenazado a su hijo con retirarle de la sucesión al trono si no terminaba la relación que presuntamente mantenía con el conde Thomas de Marchant.

Las declaraciones escandalosas que vierte en el libro no solo han consternado a los propios compañeros de Debourse en la cadena pública belga RTBF, que lo ha retirado durante un mes de su habitual labor en la redacción. También ha motivado una queja de la casa real belga ante el Consejo de Deontología periodística, un órgano autorregulado sin capacidad de sanción.

La casa real intenta dinamitar la carrera periodística de Debourse, poniendo en tela de juicio su ética y profesionalidad. Aseguran que la información que vierte el autor en el libro es “falsa e injuriosa”. A lo largo de las páginas, Debourse pone en evidencia a la familia Real, mostrando los aspectos más privados de su día a día.

La polémica reside en la falta de rigurosidad del autor, que recurre a conversaciones de otros periodistas para ir atando cabos y dotar a sus afirmaciones de cierta base. En un intento de defenderse y amortiguar las críticas, Debourse aseguró que se le ha “malinterpretado” y que en ningún momento quiso “atacar” a la monarquía.