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A Hollande se le tuerce la corbata

Quien se reivindica como un "presidente normal" se aleja del' look' de Sarkozy, siempre obsesionado con su imagen

François Hollande.
François Hollande. KENZO TRIBOUILLARD (AFP)

Puede que en su fuero interno piense que la corbata es esencialmente burguesa. O puede que no aguante un nudo demasiado apretado y lo deje suelto adrede. El caso es que el presidente francés, el socialista François Hollande, parece tener un problema con su corbata. El día de su investidura la pasada primavera, ya llamaba la atención entre toda la solemnidad de la ceremonia de traspaso de poderes, cuando apareció y empezó a recorrer la alfombra roja con la corbata de lado. Desde entonces, en el 40% de sus apariciones públicas la famosa prenda se rebela para inclinarse, la mayoría de la veces, curiosamente, hacia su derecha.

Así lo recoge la página web humorística www.françois-tacravate.fr creada por un estudiante francés, que sigue sin piedad -también en Twitter- todos estos pequeños desvíos en el look del mandatario. El autor del portal de Internet ha hecho el cálculo y el pasado viernes sobre un total de 224 apariciones públicas con la prenda, en 132 de ellas está torcida. En porcentaje, supone que está de lado en el 40% de los casos, recta en el 20% de los casos y en el 40% restante está “indefinida”. La web recoge las fotos oficiales del Elíseo de estas apariciones señalando en cual de estas categorías se sitúa.

La irreverente página incluso propone un top10, la clasificación de las corbatas más torcidas elegidas por los internautas que ponen una nota sobre 5. Lidera la lista la de la ceremonia de investidura. En un segundo lugar a igualdad de puntuación (4,8) pero con menos votaciones se sitúa una fotografía tomada a la entrada del Elíseo saludando al presidente Mariano Rajoy, cuando le recibió justo después de su entrada en funciones.

 La iniciativa de este estudiante es quizás una simple anécdota simpática pero pone de manifiesto la lupa a la que está sometida la apariencia del mandatario. El propio Hollande es seguramente consciente de ello, dado que para lanzarse a la carrera presidencial se puso a régimen –en su día el diario Liberation aseguraba que había perdido 15 kilos-, cambió de peinado, se tiñó el pelo más oscuro –y cambió luego por un tinte más suave después de que la prensa femenina apuntara a que era demasiado- y optó por unas gafas de montura más fina.

En un artículo algo duro de este mes, la revista Le Point repasaba también los principales puntos del estilo de Hollande. A la corbata añadía la manía de llenar los bolsillos de sus trajes “o bien grises, o bien azules, siempre oscuros” dejándolos deformes. Recuerda también que el que se reivindica como el “president normal” adoptó durante sus vacaciones en el sur de Francia “la ropa tradicional del francés en verano. Polo amplio, zapatos de deporte y gorra”. Un aspecto muy alejado al del exmandatario Nicolas Sarkozy “quien se mostraba a menudo con ropa ajustada de ciclista”.

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