David Bowie huye de su fama

Hay dos rasgos en David Bowie tan conocidos como su música. Uno es su estilo camaleónico y otro es su talento para manipular su imagen pública. Después de cinco décadas de trayectoria musical, ambos siguen estando vigentes.

La próxima primavera el museo londinense Victoria & Albert dedicará una retrospectiva al artista, con objetos personales, obras y vestuario original. A partir del 23 de marzo se podrán admirar de cerca los trajes espaciales de Ziggy Stardust, las creaciones de Kansai Yamamoto inspiradas en el teatro kabuki o la chaqueta diseñada por Alexander McQueen.

Los responsables de la institución confían en que será una de las exposiciones más populares del año que viene. Bowie, en cambio, se muestra menos entusiasta. Recientemente rompió su silencio para desmentir que estuviese involucrado en la muestra, más allá de prestar las piezas. “Al contrario que lo que se ha publicado recientemente sobre la inminente exposición en el V&A” escribió en su página de Facebook “no soy comisario ni participé en ninguna decisión relacionada con la muestra”

El cantante rompió su silencio para desmentir que estuviese involucrado en la muestra, más allá de prestar las piezas

Un hermetismo salpicado de escuetos comunicados ha sido su dinámica habitual durante los últimos tiempos. A pesar de que su tema Heroes fue uno de los himnos de la ceremonia de apertura de Londres 2012, el diario británico The Daily Telegraph informa de que rechazó todas las propuestas para aparecer en la inauguración y que ha dado instrucciones a su representante para ignorar todas las ofertas de trabajo. No ha actuado en directo desde 2006 ni grabado un álbum en 9 años, haciendo una excepción con la actriz Scarlett Johansson, que le persuadió para participar en su disco de versiones de Tom Waits.

La penúltima reencarnación del exuberante personaje es la de hombre hogareño y padre de familia. A los 65 años prefiere llevar una vida tranquila en su piso de Manhattan con su mujer la modelo somalí Iman y la hija de ambos Lexi, de 11 años. El cineasta Duncan Jones, fruto del primer matrimonio de Bowie con Angela Barnett, les visita en vacaciones y Navidades.

Fuera de la maraña de rumores sobre su estado de salud, se sabe poco sobre la vida personal de Bowie. Los que han podido vislumbrar su lado más íntimo consideran que su reciente transformación fue provocada por el infarto que sufrió durante su gira en 2004, cuando se desplomó en su camerino después del bis de un concierto en Alemania. Hoy sus prioridades han cambiado. Pero el artista innovador que se mostró al mundo como el andrógino alienígena Ziggy Stardust, Aladdin Sane, Major Tom o el elegante Duque Blanco no puede evitar rodear su ausencia de misterio. Aunque lo más probable es que pase sus noches en ropa cómoda y ayudando a su hija con los deberes.