Sierra Leona: cólera y minerales
Hace pocos días, en estas mismas páginas, contábamos cómo la inseguridad, el miedo y la violencia se están apoderando del día a día de la sociedad sierraleonesa. Las malas noticias siguen llegando desde el país y mis amigos me cuentan como la epidemia de cólera que afecta a Sierra Leona sigue sin ser controlada. Ya se han confirmado 176 muertes y se teme que la cifra siga creciendo en las próximas semanas, por lo que el Gobierno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF han declarado el estado de emergencia. Lo que también crece en el país son las expectativas económicas: aumenta el Producto Interior Bruto (PIB) pero, como pone de manifiesto esta epidemia, la población no se beneficia de la bonanza económica.
Pacientes de cólera en un hospital de Freetown atendidos por MSF. Foto Florence Demeulin/MSF vía MSF.
Algunos amigos que me escriben desde Freetown muestran su preocupación por la incidencia de esta enfermedad que está viviendo el país y que parece ser especialmente preocupante en la capital. Ya son más de 10.800 las personas afectadas desde que en febrero pasado se detectase el primer caso. Hasta el momento, como decíamos, se han confirmado 100 muertes.
En el país vecino, Guinea, cuando se detectó un brote de cólera en marzo pasado, la organización de Médicos Sin Fronteras (MSF) puso en marcha una campaña de vacunación en la capital y las zonas más cercanas, la región de Boffa, donde se concentra la mayoría de la población del país. Esto ha permitido controlarla.
Campaña de vacunación de MSF en la región de Boffa, Guinea. Foto MSF.
Las epidemias de cólera son un tema recurrente en la zona. Todos los años, especialmente al inicio de la estación de lluvias, se dan algunos casos. Pero este año, el tema parece estar fuera de control.
En Sierra Leona, por ejemplo, solo el 57% de la población tiene acceso a agua limpia. Otro problema es la falta de letrinas adecuadas en el país, la gran mayoría de las existentes son agujeros cavados en el suelo, sin protección ni sellado que eviten que las aguas negras se viertan en el medio ambiente. Además, todavía son muchos los ciudadanos sierraleoneses que tienen que hacer sus necesidades al aire libre, especialmente cerca de las riberas de los ríos y arroyos donde se bañan. Esto provoca que las lluvias arrastren las heces a los cauces de agua de donde se consigue la utilizada para cocinar o beber.
La lucha tradicional contra el cólera se centra en, además de tratar a los pacientes, promover la limpieza de casas, mercados y aldeas y en garantizar el acceso a agua potable. Aunque se tratan de medidas muy necesarias, por sí solas no terminan con la enfermedad. Por eso, medidas como las tomadas en Guinea, la vacunación, son más efectivas.
El barrio de Mabella, en Freetown. Foto Sierraexpressmedia.
Pero en Sierra Leona las cosas han sido diferentes y ahora que empieza a cundir el pánico entre la población, el Gobierno parece reaccionar y el Ministerio de Sanidad ha anunciado un plan de emergencia que incluye una campaña para desinfectar casas y mercados así como clorar pozos. También ha lanzado una serie de anuncios en los que se explica a la población que debe lavarse bien las manos, beber solo agua que haya sido previamente cocida y cocinar bien los alimentos.
Mientras, los enfermos siguen llegando a los hospitales, la mayoría de ellos provenientes de los suburbios de la capital. Estos se caracterizan por la falta de alcantarillado y la acumulación de basura. Se trata de zonas muy pobladas donde se estanca el agua de las lluvias creando un lodazal que resulta muy propicio para la expansión de la epidemia. En Freetown, MSF ha puesto en marcha 3 unidades de atención a los enfermos de cólera y, dado el aumento de casos, está trabajando junto al Ministerio de Sanidad para incrementar el número de camas.
Tanta alarma se debe a que se trata de la mayor epidemia registrada en el país desde la de 2007 y se teme que el pico de la misma no haya llegado todavía por lo que se espera que los caos aumenten en las próximas semanas, especialmente en la capital y en los distritos de Kambia y Port Loko, en el norte, y Moyamba, en el sur, las zonas más afectadas por el cólera hasta el momento.
Minas de hierro de Marampa, cerca de Lunsar. Foto Minigtechnology.
Todo esto se produce en un país cuyo nombre no deja de aparecer en las listas de los que mejores resultados económicos están obteniendo en los últimos años. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de Sierra Leona pasó de un 5% en 2010 a un 5.7% en 2011 y para este año, 2012, se espera alcance el 6.2% y que en 2013 se llegue al 10.2%.
Como en tantas otras partes de África, este espectacular crecimiento se debe, principalmente, a la exportación de materias primas, como el mineral de hierro de las minas de Marampa, cerca de Lunsar. Sin embargo, los indicadores sociales de Sierra Leona siguen siendo de los más bajos del mundo. Por ejemplo, su tasa de desempleo juvenil se mueve entre el 80 y el 60% y la educación y la sanidad de calidad siguen siendo privilegios que muy pocos pueden permitirse.
Por eso, no es de extrañar que en medio de tanta riqueza, la gente siga viviendo en condiciones detestables. Un buen caldo de cultivo para epidemias como la de cólera actual.
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