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Guías de turismo y 'greeters'

Tomàs Delclós

He recibido varias cartas, cerca de una treintena, de queja de guías oficiales de turismo por un artículo publicado en el digital sobre los greeters. Muchas cartas son idénticas –que repiten un error de fecha sobre la publicación del citado texto. Otras incorporan consideraciones propias. La argumentación general de las mismas es que el artículo hace una descripción negativa de su labor profesional frente a la supuesta gratuidad de este tipo de guías-amigos. El artículo se titula ¿Pagar por un guía turístico o visitar gratis con un greeter?. Los remitentes reivindican su trabajo en la medida que, afirman, actualizan constantemente sus conocimientos sobre el patrimonio y la historia de los lugares que muestran y critican el tono despectivo con que se describe su tarea (Quienes recurren a los greeters tienen claro que están hartos de retahílas de informaciones históricas) (Y los greeters lo hacen con entusiasmo, una cualidad olvidada por algunos guías oficiales que llevan lustros repitiendo la misma cantinela con escaso afán, regalando a los turistas un panaché de fechas, arquitectos, reyes y guerras imposibles de recordar y recomendando tiendas de souvenirs y restaurantes de calidad cuestionable).

 La autora del reportaje, Salomé García, me ha remitido el siguiente texto:

El artículo parte de mi experiencia reciente de un paseo por Bruselas con dos greeters. Éramos un grupo de periodistas invitados por Turismo de Flandes y Bruselas y nuestra visita por la ciudad fue guiada por una guía de turismo profesional y titulada que se encargó de explicarnos los principales monumentos e incluso, como agente autorizada para guiar grupos, de solicitar permiso en un restaurante para que pudiéramos tomar fotos. Las greeters, una de las cuales está jubilada después de trabajar varios años en la embajada belga en Madrid, simplemente siguieron la ruta marcada por la guía y, de cuando en cuando, nos señalaban dos manzanas más allá hay un café donde Magritte se reunía con sus compañeros surrealistas o recuerdo que este barrio hace unos 15 años daba miedo y ahora está muy recuperado con tiendas de diseñadores como Marc Jacobs. Tampoco nos intentaron llevar a un bar u otra tienda con sospechosas intenciones. El restaurante fotografiado fue una petición de los propios periodistas tras un comentario de la guía como uno de los restaurantes de vanguardia de Bruselas, nunca fue iniciativa de las greeters. Por supuesto, no pidieron propina alguna. En ningún momento quedó duda de cuál era el papel de cada una. La guía aportaba una explicación académica, agradable y profesional. Lo de las greeters eran más experiencias personales, de bruselenses de toda la vida. La Oficina de Turismo de Bruselas no es la única que colabora con los greeters, lo que demuestra que fuera de España los límites entre guías profesionales y greeters está muy bien definidos y nadie se plantea si hay competencia desleal. Este apoyo de los municipios y oficinas de turismo es, precisamente, porque los greeters acompañan por rutas inusuales, barrios de la periferia…Lamento haber podido molestar a guías profesionales, colectivo al que respeto y sin los que en muchas ocasiones no podríamos sacar adelante reportajes sobre tal o cual ciudad. No era mi intención ya que entiendo que un guía profesional, titulado, experimentado tanto en lo didáctico, por así llamarlo, como en lo psicológico (porque liderar un grupo de cuarenta turistas cada uno de su padre y de su madre requiere amplias dosis de psicología, empatía y, por supuesto, de santa paciencia) tiene unas aptitudes muy superiores a las de un greeter que no deja de ser un ciudadano común, voluntarioso, pero sin esa formación. Por esa misma razón en el texto recalco que un greeter solo puede acompañar, que no guiar, a grupos hasta un máximo de seis visitantes. Guiar a un grupo numeroso es una responsabilidad que requiere recursos profesionales que solo un guía puede ofrecer.El párrafo que más dolor ha suscitado es en el que me pregunto ¿Tapear en un pequeño bar que solo conocen los locales o, en más ocasiones de las deseadas, acabar en un restaurante para guiris con la sospecha de que el guía se lleva una comisión?. Bien es cierto que recalco que es algo que sucede en más ocasiones de las deseadas, no siempre, pero sucede. Me ha sucedido. También he vivido el caso contrario: tener la tarde libre y que el guía me sugiera para cenar una terracita encantadora lejos del circuito turístico, muy apañada de precio y sin llevarse comisión. En Alepo el guía me recomendó un bar donde ponían unos kebabs estupendos. Nada turístico, cero comisión. En Sao Paulo el guía me descubrió el Hamburguinho, una hamburguesería popular, nada turística, donde comí una de las mejores hamburguesas de mi vida. Y sin comisión. En Jordania el guía nos llevó a un merendero para guiris a los pies de Wadi Rum con menú de filete empanado y patatas fritas (¡en Jordania!) a 15 euros. Me sublevé junto con otros cuatro viajeros y descubrimos, a dos pasos, que un señor egipcio regentaba un local enano con falafel a 1 euro. Nos atendió de mil amores y creo que es el mejor falafel de mi vida. Honestamente, creo que son las ovejas negras de la profesión, los que han abusado de la buena fe del turista (y de su bolsillo), los que han abierto hendiduras que ahora llenan los greeters y acaban pagando justos por pecadores.En el texto también sostengo que el entusiasmo, una cualidad olvidada por algunos guías oficiales que llevan lustros repitiendo la misma cantinela con escaso afán, regalando a los turistas un panaché de fechas…. Quede claro que son solo algunos, no todos. Ciertamente solo unos pocos. Pero los hay. Me los he encontrado. Hace dos meses en un viaje por la República Checa una guía oficial nos recitó tal cantidad de barones de Luxemburgo y otros muchos cuyo único común denominador era la terminación –burgo que soy incapaz de recordarlos. En cambio, en el Museo Middelheim, un jardín con obras de arte al aire libre que recorrimos bajo una manta de agua, la guía, parapetada bajo un paraguas, nos hizo una muy amena e interesante la visita. Y juro que allí caía el diluvio universal y hacía mucho frío.Doy fe de que hay tours temáticos estupendos realizados por guías profesionales (hace un año recorrí Londres siguiendo el origen de la ginebra), pero por otra parte aprecio que haya voluntarios que se atrevan a acompañar a turistas off the track (utilizando la palabra sajona), fuera del circuitos convencionales. He viajado mucho desde muy joven, por trabajo y por placer, y guardo excelente recuerdo de muchos guías. Que unos y otros no se pisen en España es responsabilidad de todos y entiendo que las autoridades municipales, oficinas de turismo y policía municipal deben estimular el turismo, pero también controlar el ejercicio de un trabajo profesional del que dependen muchos puestos de trabajo. Y apoyo, como no, que los guías profesionales, que como autónomos siempre son trabajadores muy vulnerables, estén atentos a toda posible forma de intrusismo.

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 Diana Pedersen Álvarez, por ejemplo, comenta que está de acuerdo con que, como en todas las profesiones, hay colegas nuestros que no hacen su trabajo con la ilusión y la sabiduría que se podría desear, pero que seguramente tampoco le parecería lógico que generalizáramos sobre el trabajo que realizan los periodistas. Por otra parte, escribe, la periodista se contradice cuando dice:… Para lo primero, contrate un guía profesional titulado. Para lo segundo, un greeter. Si estamos hablando de un favor, comenta, no parece adecuada la palabra ´contratar´, de lo contrario estaríamos hablando en ambos casos de un servicio contratado.

Jacqueline Metitieri, por su parte, subraya contínuamente sugiere que estos greeters no cobran, algo así como que trabajan por amor al arte, y que son mucho más baratos, pero, por lo visto, sigue demostrando que no se ha preocupado de pasear tampoco con ellos La lectora asegura que no sugieren una propina o la voluntad, sino que la piden muy directamente y da por seguro que si te llevan a una tienda o a un bar, por supuesto que lo hacen porque tienen un acuerdo preparado y cerrado de antemano. Por cierto, cobrando siempre todo en negro. Me imagino que Salomé tampoco sabe que los guías oficiales somos autónomos (un colectivo cada día más expuesto y con mayores riesgos), y como tales cobramos y tributamos todos nuestros servicios mediante factura.

 Algunas cartas exponen su propia experiencia y pasión por su trabajo, son testimonios de la preparación que hay detrás de muchos guías profesionales. Yo, Juana Kraft Rothfusz, soy Guía oficial de Sevilla, de Málaga, de la Comunidad de Madrid, guía autorizada de Patrimonio Nacional y acreditada en todo lo mencionado en cinco idiomas. Tuve que nacionalizarme, yo era holandesa, pero, es que en mi época, (1986), para ser Guía Oficial de Turismo, se exigía la nacionalidad española, esto implicó la obligación de cambiar mi nombre (Jenneke Mauritia en Juana Mauricia), para españolizarlo, y luego de innumerables exámenes para ejercer la profesión de Guía Turística, estoy hoy, con 55 maravillosos años (de los cuales casi 40 en España), disfrutando de una vida profesional, pensando a menudo, qué suerte tienen/tenemos algunos, trabajar y ganarte la vida con lo que más te gusta en ella, y te has preparado y sigues preparándote toda la vida, para actualizarte. Ha sido y sigue siendo una lucha de toda una vida. Me encanta. Sobre todo hoy, la CAM nos ha borrado del mapa como profesionales en Madrid. Nuestra economía doméstica depende de nuestra profesionalidad, nuestra seriedad en el trabajo, nuestra lucidez, y así, profundamente documentados, y no le quepa duda, nos vuelven a llamar nuestros clientes una y otra vez. Acabo de terminar la licenciatura de Hª del Arte en la Complutense. Ya van dos carreras para cumplir con mi cometido como guía de Turismo. No me lo exigen. Solo lo hago para dar mejores explicaciones y más documentadas a mis turistas, y mi objetivo: que se vayan con la mejor de las impresiones de nuestras ciudades españolas y también, que vuelvan, con amigos si puede ser, lo recomienden, y, créame, lo hacen, me consta.  Si esta es la industria más importante de nuestra querida España, el TURISMO, démosle calidad, por favor, que es de lo poco que nos queda con esta terrible crisis, manejémoslo de modo positivo y con seriedad. Me duele el tono frívolo de su periodista refiriéndose a mi profesión....

Cuando el artículo hace una descripción negativa de la práctica de guías profesionales, se refiere a algunos. No hay una generalización, pero sí que el lector puede sacar la idea de que es preferible un greeter para disfrutar de rutas alternativas, sin acopio de datos, que da la sensación de que aburren. También se habla de que los guías profesionales suministran información interesante o llevan a los lugares imprescindibles. Pero, al margen de un error de construcción de un párrafo sobre las citadas comparaciones, donde las quejas tienen su principal fundamento es que frente a las dudas manifestadas sobre las prácticas de algunos guías profesionales, la imagen de los greeters es angélica. La visita gratis del greeter, como se titula el artículo, no parece que sea tal en todas las ocasiones. El propio artículo menciona que reciben propinas de los turistas o que aceptan donativos de corporaciones sin aclarar la finalidad de tales donativos (¿opacos fiscalmente?). De la misma manera que se puede ser crítico con una mala práctica profesional, que la hay en cualquier colectivo, se ha de serlo con la posibilidad de encontrar greeters menos amigables de lo que parece. El agravio no reside tanto en que se mencione que hay guías profesionales rutinarios. Reside en la comparación con los greeters, sobre los que no se proyecta ninguna sombra. Indudablemente, un pie de foto, que no es responsabilidad de la periodista, donde se asegura que los guías tradicionales están condenados a desaparecer, algo que de ninguna manera puede deducirse del artículo, dan más razones a la queja.

Comentarios

RESPETO A LA PROFESION DE GUIA DE TURISMOAtt: Dña. Salomé GarcíaMe dirijo vd de la misma forma que lo han hecho otros muchos compañeros de mi profesión, guías oficiales de turismo, en referencia a su nada afortunado artículo titulado “Pagar por un guía turístico o visitar gratis con un greeter” y su poca afortunada rectificación a petición del defensor del lector de El País publicado el 27 de julio.Subscribo los numerosos escritos que le han sido enviados a su periódico por mis compañeros de profesión, todos ellos profesionales debidamente titulados y acreditados por las administraciones correspondientes, y me permito incidir en algunos puntos:Los guías de turismo y los periodistas profesionales tenemos varias cosas en común. Entre ellas el deber de estar informados y ser capaces de transmitir esta información de forma adecuada a nuestros clientes/lectores. Por ello, ya que vd no ha sido capaz de documentarse apropiadamente, le remito a la hemeroteca de El País (09/08/2010) y las hemerotecas y videotecas de medios como La Sexta, Antena 3, Onda 6 o Telemadrid en la primavera y verano de 2010 donde se exponían los problemas del intrusismo profesional en nuestro campo. Si en aquel momento era escandaloso el acoso a nuestra profesión, ahora, en plena crisis, en un país con más de cinco millones de parados y echado literalmente a la calle protestando contra la corrupción entre otras muchas cosas, me sorprende, me irrita, me escandaliza y me enfurece profundamente su apología del intrusismo profesional y de la actividad económica sumergida, sea en esta, o en cualquier otra profesión.Sra. García, permítame recordarle sus palabras en cursiva (lo escrito, escrito queda). ¿Cómo se sentiría vd si yo me atreviera a extrapolar su artículo y animar a la gente a prescindir de los panachés de de fechas, primas de riesgo, etc. dados por los aburridos periodistas imposibles de recordar y animara al público a ver en su lugar los nada académicos y sí mucho familiares, casi de colegueo, comentarios de los colaboradores televisivos recién salidos del último reality o de la cama de cualquier famoso de turno, porque al fin y al cabo, son sinónimo de frescura? ¿Y si además esos espontáneos del periodismo no pagaran ni un euro de impuestos y yo mal informada, sin documentarme, afirmara, siendo totalmente incierto, que su trabajo es gratuito y lo realizan por puro altruismo? Evidentemente, público tienen esos colaboradores, pero ¿Cómo se sentirían los periodistas al ver que la masa se aborrega prescindiendo del periodismo de calidad y vds se quedan en paro para lucrar en su lugar a los que los que explican las noticias totalmente a su manera? No vamos a entrar en asuntos obvios, cada persona tiene su nivel, y cada uno su público, su ética, su formación, su profesionalidad, su seriedad, sus valores. Aquí hablamos de legalidad y de salvar uno de los pocos sectores de la economía española que aún funcionan. Realmente da mucha, pero mucha, mucha pena, que un diario como El País del que soy asidua lectora y cuenta con grandes profesionales a los que tanto admiro, publique artículos como al que nos referimos.Para su información, algunas de las imágenes que salieron en varios informativos a los que me remito en el párrafo anterior fueron grabadas personalmente por mí en Madrid y suministradas a los medios de comunicación y distribuidas por ellos en informativos en prime time, en las que se veía a los llamados guías pirata (término que usó la prensa) pedir y en un primer plano y meterse en el bolsillo la propina demanda a los turistas. Podrá ver vd, si consulta la hemeroteca, que el servicio en esas visitas turísticas, no es gratuito, y en contra de lo que vd insiste en decir en su artículo, estos personajes sí se identifican como guías de turismo llevando colgado un carné con ese título (ilegal, evidentemente, los guías oficiales llevamos la documentación emitida por la administración, tras los pertinentes exámenes y títulos universitarios correspondientes)Vayamos a datos más concretos. Sí, concreción me temo que es lo que faltó en su artículo. Sólo en su rectificación después de las numerosas quejas de nuestro colectivo se dignó vd a dar datos concretos e insistir en que se refería a indeterminada visita a Bruselas, al mismo tiempo que afirma que fuera de España (ancha es Castilla, ¿Qué entiende vd por fuera de España?) este asunto no plantea problemas. Le informo, ya que vd no se informa al respecto, que actualmente en 12 grandes ciudades europeas y dos fuera de Europa estos servicios se ofrecen ilegalmente, con ánimo de lucro y de forma muy organizada, sin pagar impuestos, sin guías oficiales pero cobrando en negro, publicitándose como guías. Por cierto, en estas 12 ciudades europeas a las que me refiero, incluida Madrid, no son simpáticos lugareños como vd indicaba, sino oportunos recién llegados con ánimo de lucro y pésima formación, habitual falta a la verdad y al respeto al país en que están (no tiene más comprobarlo in situ para dejar de confundir a sus lectores). Por cierto, estos profesionales del intrusismo organizado sí van a comisión en restaurantes, de hecho venden estas visitas aparentemente improvisadas , pero yo llevo 16 años de profesión y como la inmensa mayoría de mis compañeros, pongo la mano en el fuego, nunca me he llevado ni un euro por contar que allí cenaba Hemingway o allá está el restaurante de la familia del oscarizado Barden (sí, señora mía, los guías oficiales también sabemos esas cosas, y a diferencia de los periodistas, a los que reitero mi respeto, tenemos la suerte de tener a los clientes frente a nosotros y notar sus intereses personales y poder adaptarnos y cambiar nuestro discurso en el momento si aburrir con la biografía en verso de Felipe II al cliente que sólo le interesa el fútbol, porque para gustos hay colores, todos respetables, y aunque algunos seamos historiadores titulados somos camaleónicos sin necesidad de ser ilegales ni perder nuestra dignidad profesional y siempre tratando con el máximo respeto a nuestros público)Los viajeros habituales y los profesionales del turismo sabemos cómo funciona el sector, pero le recuerdo que su artículo se ha publicado en El País, diario nacional, dirigido al lector español que no tiene porqué ser experto en la materia y muy difícil tiene adivinar que vd se refería a un guía en concreto de Bruselas, o de Jordania, ya que en su primer artículo se refiere a ellos de forma totalmente generalizada (no es una interpretación mía, de nuevo me permito hacerle una recomendación y le remito a la R.A.E para el uso de los artículos indeterminados) por lo cual no se entiende su extrañeza ante el hecho de sentirnos aludidos.Sin ánimo de aburrirla más con asuntos que vd ya conoce cómo faltan a la verdad en su reportaje, por sentido común y porque mis compañeros ya se los han expresado de la forma conveniente en sus mensajes, me despido de vd, reiterándole mi pesar y decepción ante tales barbaridades publicadas en uno de mis diarios más admirados. Mis opiniones arriba escritas son estrictamente personales.Atentamente,Ana Mª de la TorreGuía oficial de turismo de Madrid, Ávila, Segovia y Patrimonio Nacional
Salomé por mucho que lo intentes no lo acabas de arreglar, tus disculpas me parecen muy poco sinceras y creo que con tu rectificación nos estás ofendiendo mucho más. El don de la palabra no es lo tuyo¡
Hombre pues me parece muy bien que esta señora dé marcha atrás pero el nombre del artículo ("Pagar por un guía turístico o visitar gratis con un greeter?") ....no deja lugar a duda, ese "o" excluye el uso del greeter junto al guía. Son detalles del lenguaje que los periodistas estudian en la facultad lo mismo que le código deontológico.
De parte no de un guía sino de un turista, ¡qué pena que la rectificación no transmita el mismo entusiasmo sincero que el artículo!
Estimada Salomé, creo que te has equivocado, y mucho. Si alguna vez vienes por Lanzarote ponte en contacto conmigo. Será un placer enseñarte esta isla como guía y como "greeter".
rectificar es de sabios, pero digo RECTIFICAR de corazón.....reitero la misma opinión que tuve cuando publicaste tu "bonito" articulo........no se puede, teniendo en cuenta como están las cosas, jugar a ser Dios, jugar con el pan honrado de mucha gente, jugar con nuestro trabajo....igual q no se te gustaría que se jugara con el tuyo..........bastante problemas tenemos en la calle......si quieres saber de verdad como está el sector, baja a las trincheras, bonica....y haz un reportaje de verdad....no abuses del poder que tienes para publicar, no importa a costa de qué......espero que te replantees tus valores.....lo espero, porque hoy somos nosotros...y mañana...¿quién? ¿los botones? ¿los trabajadores de AAVV?....quién sera tu próxima victima
1. Los greeters no son gratis. Al final de la visita exigen una propina obligatoria q supera lo q pagaría por un guía oficial en la oficina de turismo.2.No son profesionales. La mayoría ni siquiera son de Madrid, vienen con una empresa norteamericana organizada q todos conocemos y repiten de memoria el mismo guión con multitud de errores.3.Ayudar a la crisis?Trabajar en negro sin pagar autónomos ( de 280 a 600€ al mes) y sin pagar impuestos? a partir de ahora 42% (21%iva y 21% irpf)4. Los jubilados trabajando gratis q tb los hay, deberían ponerlos en lugar de como guías como periodistas,,,,,,, así personas como Salomé q además de estar bastante mal informada fomenta el trabajo no profesional y pagado en dinero negro, quizás se quedaría en su casa en lugar de escribir este tipo de artículos.Pensaba q era un periódico más serio, a partir de ahora dejaré de leerlo.Saludos . Carmen
La verdad dudo mucho q esta señora sea periodista. Si de verdad hubiese estudiado ciencias de la información y pagase sus impuestos sería bastante raro q fomentase lo contrario.Salomé ,,,,, dónde has estudiado? trabajas gratis por amor al arte?Saludos
A la atención de El País,Me ofrezco gratuitmente a escribir artículos para vuestro periódico, no soy ni periodista ni quiero cobrar por ello, eso sí os voy a escribir unos artículos super guays, llenos de anécdotas y curiosiades que ninguno de vuestros periodistas asalariados son capaces de escribir. Dejo mi e-mail y datos de contacto. Gracias.Carol
Estimada Salomé,supongo que a estas alturas del verano ya debe haber alcanzado un nivel considerable de hastío sobre las quejas que su escrito del día 18 de julio ha generado entre los Guías Oficiales. Pero por desgracia, aquí tiene una más.Después de haber leído atentamente su artículo y su algo desapasionada rectificación no puedo llegar a otra conclusión: ha metido usted la pata.Por un lado, y a su favor (y haciendo honor a la verdad) hay que admitir que el movimiento de 'Greeters' surge con ese voluntarioso objetivo de mostrar a un visitante/amigo en qué pastelería se vende el mejor pastel de zanahoria, o cual es la mejor hora para tomar un café en tal lugar con una maravillosa historia detrás. Yo he conocido a esos verdaderos 'Greeters', y he llegado a colaborar como tal en Granada, con independencia de mi trabajo como Guía Oficial.Aún así, le aseguro que mis compañeros y yo siempre tendremos esa calidez de enviar a nuestros turistas a los mejores bares de tapas de Granada, fuera del circuito turístico, que sólo lo recomiendas porque sabes que tu mismo lo adoras. O les contarás toda la verdad sobre un determinado espectáculo que está muy preparado para el turista.Por desgracia, en nuestro país esas buenas iniciativas se desvirtúan (es como esos restaurantes americanos que ofrecen el 'refill' de bebida gratuito... si es gratis, ¡¡beberemos hasta hartarnos!!) y los 'movimientos' de 'greeters' que han surgido en diversas ciudades españolas están respaldados por algunas importantes empresas multinacionales (a veces con sede en EEUU, a veces en Israel...) que tienen un 'tinglado' muy bien montado: el 'guía' tras recibir un curso de formación de 20h (lo que vienen a ser cuatro tardes) está preparado para comenzar a tratar con esos turistas que buscan el sabor local, a cambio de entre 10 y 14 € la hora. Hay que intentar que la propina sea tan alta como sea posible (de hecho en muchas ocasiones se anuncian como 'Work for tips'). Y todo esto lo sé porque me han ofrecido trabajar así en Londres donde, como usted se puede imaginar, no soy un 'greeter' local por más que yo me empeñe. Evidentemente, todo va sin contrato, ni impuestos, y en muchos casos ni siquiera permiso de trabajo o residencia (claro ejemplo de les estudiantes de español norteamericanos que se ganan un 'argent de poche' así)De otro lado, creo que muestra muy poca consideración hacia el propio turista dando por hecho que es el típico simplón de chancla y calcetín blanco que viene buscando el 'typical spanish' y al que todo le parece maravilloso. El perfil del turismo ha variado inmensamente en los últimos años, y el visitante sabe perfectamente lo que quiere y cómo lo quiere (bendito ciberespacio...). Es un turista exigente que busca calidad y que espera obtener un buen rendimiento del dinero invertido. No olvide que España ya no es un destino 'barato', o al menos tanto como lo solía ser (y a partir del 1 de septiembre lo será menos). Yo trabajo muchísimo con agencias que solicitan tour privados. Puede estar segura de que la persona que visita, por hablar de mi campo, la Alhambra tiene la firme intención de conocer hasta el último detalle del árbol genealógico de Isabel y Fernando, o de toda la dinastía Nazarí. O de saber de qué hablan esas inscripciones en árabe que hay sobre los muros. O de analizar en profundidad el sistema hidráulico del recinto. Y eso, en muchas ocasiones, no se lo cuento yo. Lo demanda el cliente.Con todo esto, tan sólo quiero hacerle ver que lo que en apariencia puede ser un texto sencillo para rellenar ese espacio yermo de informaciones que es el verano puede tener una repercusión mucho mayor de lo que uno imagina (y pretende). Probablemente no hay mala intención detrás de su discurso, pero hay que ser consciente del poder y la influencia que tiene la palabra escrita. Como Licenciado en Periodismo, además de Guía Oficial de Granada, le puedo decir que conozco el placer de dedicarse a una profesión totalmente vocacional (en mi caso ambas). Pero de la misma manera, también soy consciente de la necesidad de seriedad y de investigación que requiere la labor periodística si se pretende ejercer con seriedad. Creo que es conveniente tener en cuenta todos estos elementos para evitar (algo que a veces es casi imposible) este tipo de 'sinsabores'.En cualquier caso, de los errores siempre se aprende. Esto es experiencia.Reciba un cordial saludo.Daniel Aguilera EspinosaGuía Oficial de Granada.
¡A mis amigos españoles, hola!Es estupendo que no solo seáis campeones mundiales de futbol, sino que además seáis ahora, sin duda, el mejor equipo europeo. Por el contrario, en Holanda, el país pequeño al que pertenezco, estamos de capa caída y bajo mínimos. Quizás sea así mejor. ¡Felicidades!Sin embargo, mi carta trata de una realidad completamente diferente, es sobre los Greeters - un concepto que ha iniciado un ascenso imparable en todo el mundo y sobre el que El País ha publicado recientemente un artículo.Los nuevos medios (Google) me permiten seguir todo lo que se escribe sobre cualquier tema, dondequiera que se publique. Otro acontecimiento maravilloso e imparable.El artículo y el debate que se generó después fueron entre la periodista, su director y guías profesionales – ningún greeter, por lo que trataré de cubrir ese vacío. Después de leer el artículo me sentí en cierto modo orgulloso. Un periódico con tanto reconocimiento internacional como El País, no solo prestaba atención al concepto, sino que además lo reflejaba perfectamente. Por un lado, los puntos fuertes (ver la ciudad a través de los ojos de un lugareño – visitar lugares recónditos - turismo sostenible, etc.) y por el otro, las limitaciones del concepto (grupos que no superen las 6 personas, no se puede reservar un Greeter sino solicitar la compañía de un Greeter, etc.)Después de leer los comentarios en el periódico quedé asombrado, tanto por el número de reacciones como por el contenido de las mismas. ¿Era miedo lo que reflejaban? Si así fuera, no tiene fundamento. Si me permiten un ejemplo: Recientemente visité Roma donde solicité una visita guiada del Coliseo porque quería conocer los hechos, el contexto de la época en la que se construyó, el papel que jugó en la historia italiana e incluso europea, y fue estupendo. Al mismo tiempo, la persona que está desarrollando la organización Greeter en Roma, me llevó a visitar un mercado de segunda mano, el restaurante que ella y sus amigos frecuentan, la iglesia donde se había casado, y esta experiencia también fue enriquecedora.Es cierto que en muchas de las ciudades donde existe una organización Greeter, los guías profesionales no están contentos o son reacios a colaborar con los Greeters. Como decimos en Holanda, “Los Greeters nos están quitando nuestro pan”.También en este caso nos puede ayudar un ejemplo: En Bruselas – Bélgica, existe una organización Greeter desde el 2010. Durante el proceso de desarrollo de esta organización Greeter, los protagonistas solicitaron ayuda a la oficina de información turística y a los guías profesionales para desarrollar los estatutos de los Greeters, y con el fin de dejar claro lo que cada uno puede esperar y lo que NO puede esperar de las otras partes implicadas. El número de oficinas de información turísticas que están tomando la iniciativa de crear una organización Greeter está creciendo rápidamente. Si lo trasladamos al mundo comercial: son los empleados el activo más valioso de una organización – el mayor activo de una ciudad es sus ciudadanos. La oficina de turismo lo utiliza como un adagio: los ciudadanos son nuestros embajadores – utilízalos así, y más y más visitantes vendrán a nuestra ciudad.Otro argumento, no menos realista, para que los guías profesionales no opongan resistencia a los Greeters puede ser: Los Greeters están ahí – su número está creciendo rápidamente y los Greeters son imparables. España tiene a Bilbao y a 9 ciudades más pendientes de convertirse en destino Greeter y a nivel mundial son alrededor de 350 ciudades! Oponerse a los Greeters es “de la vieja escuela” – es como si nos oponemos a la fotocopiadora porque provoca que los oficinistas pierdan sus trabajos – o los hoteles diciendo que “booking.com” es una iniciativa que debiera pararse.Además de todos estos argumentos, creo que los guías profesionales y los Greeters podrían co-existir unos al lado de otros, e incluso florecer juntos. Representan a grupos diferentes e “inspiran” a diferentes tipos de gente. No intentemos buscar las diferencias y ventajas competitivas de los demás. Como presidente de la Global Greeter Network, estoy a favor de un diálogo abierto y de la búsqueda de formas para fortalecer una discusión abierta y afianzar la posición de ambos en un mundo donde la crisis aún no ha terminado y quizás menos y menos personas realicen, por ejemplo, visitas a las ciudades.Visita nuestra página Web: www.GlobalGreeterNetwork.info, para más información sobre nuestros valores, destinos, nuestra organización u otros temas.Jos Nusse,Director de Den Haag GreetersPresidente de Global Greeter Network (Jos@GlobalGreeterNetwork.info)Argentina: Buenos Aires; Australia: Adelaida, Brisbane, Melbourne, Bélgica: Bruselas, Canadá: Toronto; Costa de Marfil: Abidjan, Francia: Cote-d'Or, Nantes, París, Marsella Provenza, Pas de Calais, Lyon, Mulhouse , Paris Boulogne, Le Tarn, Tours, Grecia: Atenas, Alemania: Berlín, Hamburgo, Munich, Irlanda: Dublín, Israel: Tel Aviv, Rusia: Moscú, Reino Unido: Brighton, Kent, Londres, Países Bajos: La Haya; República Serbia: Belgrado, Kragujevac, Subotica, España: Bilbao, Estados Unidos: Chicago, Houston, Nueva York.
Totalmente de acuerdo con la opinión de que son grupos diferentes y podrían convivir.Si quiero conocer los detalles históricos de algún sitio concreto o lugar u obra acudiré a un guia profesional, pero si quiero conocer una ciudad de forma más auténtica acudo a un greeter.
Señor@s : Segun normativa europea desde hace mas de 20 años l@s unic@s que estan VERDADERAMENTE capacitad@s para mostrar el PATRIMONIO de nuestro país somos l@s HISTORIADORES DEL ARTE. Por formación y experiencia mucho mas contundente que los sres de turismo con una carrera de menor preparación, y los de los greeters puede ser divertido y podían autorizar a estudiantes de esta carrera para el tema. Ya esta bien de tanto corporativismo y acoso si se liberaliza por fin se reparte la tarta del TURISMO y que gane el mejor. Lo que pasa que el miedo de los TORPES es mucho pues gente mas preparada y mas capaz viene detrás dando caña. La libertad es lo que tiene. Pero merece la pena probarla.

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