Abanderado olímpico
En tiempos de recortes a funcionarios no sorprende un menosprecio más: el infligido al medallista de oro y policía Saúl Craviotto. Los federativos incumplen sus propias normas y justifican la elección del nuevo abanderado por el olimpismo de beneficiado. Asombroso. ¿No es mayor valor olímpico y deportivo el esfuerzo añadido a un horario laboral y además alejado de los beneficios económicos de un profesional del baloncesto? Cabe preguntarse con qué ánimo afrontarán los niños y adolescentes la práctica de estos deportes considerados menores, si las federaciones no los apoyan. En fin, un ejemplo más de por qué este país no progresa.— Ana Gómez. Funcionaria.
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