Lo que falla es el autocontrol
En el mundo animal el ejemplo más claro de autocontrol es la población de zorros y conejos. Si aumenta el número de conejos, los zorros tienen más comida y su número aumenta por lo que aumentan sus necesidades que terminan por reducir la población de conejos, alcanzándose un equilibrio inestable.
En España tenemos varios sistemas sin mecanismos de autocontrol: los alcaldes y diputados que pueden fijar su sueldo, los consejeros de bancos que fijan sus pensiones, los miembros del CGPJ que fijan las normas que regulan sus gastos, las compañías eléctricas que subastan, entre ellas, el precio que quieren cobrarnos por la luz, etcétera.
Si no funciona el autocontrol, tendrá que haber una regulación externa o el sistema estallará.— José Luis Cereceda González.
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