Juez a jurado
La Constitución dice que los jueces son responsables, pero del dicho al hecho hay un trecho y lo que en mi praxis abogacil he podido comprobar es que como “juez juzga a juez”, por debajo del Rey, la judicial es la más inmune de las profesiones. Que la judicial sea una profesión-casta de espíritu exenta de pecado en la que sus sacerdotes nunca toman decisiones torcidas es una quimera. Más bien es una casta cuyo blindaje ahora se resquebraja por la inercia de los muchos abusos cometidos contra derechos de ciudadanos, generalmente anónimos.
Tanto las salas de lo civil y penal de los tribunales superiores como la Sala Penal del Tribunal Supremo han archivado sin investigación numerosos supuestos de prevaricaciones evidentes, que aquellas, haciendo lo accesorio importante y viceversa, dejaban en agua de borrajas, si no es que mandaban proceder contra el propio denunciante. Solo en supuestos excepcionales la casta intocable ha levantado la inmunidad a alguno de sus cofrades y entonces otra mirada es la que examinaba el caso.
Dívar es el símbolo del principio del fin del Poder Judicial actual, desgastado, inmune y fabricante de una legión o masa de “ateos judiciales” gentes que perdieron la fe en algo que es necesario creer, la justicia.
Aunque su conducta era incardinable en varios delitos tales como la estafa, malversación o hasta falsedad documental, sus pares le han echado un capote negando la evidencia y cerrando en falso el caso con un “no investigamos”. Apoyarse en que el Consejo tenía normas internas que le permitían aplicar fondos públicos a gastos privados es una falsedad y una falacia judicial.
Cuando Dívar en 2008 presidió la apertura del año judicial sentenció que habría responsabilidad para jueces y que llegaba la hora de la justicia. El oráculo se ha cumplido y él mismo ha sido tocado por la profecía.
Pero ni PP ni PSOE harán la transición pendiente en la justicia, porque ellos son los culpables. Será el poder de la calle, y de la mano de la agravación de la crisis económica, por donde vendrá el cambio.
No hay responsabilidad si el juez no es juzgado por el jurado.— José Luis Mazón Costa.
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