_
_
_
_
Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Vino que entra por los ojos

Anatxu Zabalbeascoa

Pocos ámbitos se les escapan a estos diseñadores. La versatilidad del estudio valenciano Lavernia&Cienfuegos deja contados huecos sin exprimir. El pasado en dos dimensiones del grafismo de Nacho Lavernia y las tres dimensiones de la trayectoria como diseñador industrial de Alberto Cienfuegos alcanzaron una cuarta dimensión cuando se unieron. En sus diseños hoy dialogan y se retroalimentan sus saberes, procedencias e intereses complementarios. Así, asociados firman una amplísima gama de productos cómoda por igual en un supermercado y en una tienda exclusiva. Tan amplio registro de aptitudes les permite manejarse con certeza entre productos y libros, del grafismo al objeto técnico, de lo económico a lo sofisticado y también, de España al mundo. La variedad de las soluciones barajadas por estos proyectistas tiene el poder de llevar rigor e ilusión a los objetos más humildes. Lo demostraron con la espléndida gama de colonias y bronceadores que firmaron para los laboratorios RNB (la perfumería de los supermercados Mercadona). Y acaban de hacerlo de nuevo al diseñar la línea económica de vinos de la cadena belga Delhize.

 ¿Qué comunicar en una botella de vino? Para empezar cuidado y sencillez. Carencia de pretensión. El encargo consistía, de nuevo, en transmitir la idea de dignidad cotidiana que cada vez más empresas asocian al precio asequible y los productos para consumo diario. Para hablar de eso, los diseñadores se fijaron en el corcho. Nada como el tapón, humilde y funcional, reciclable en múltiples manualidades, pobre, pero de materia reconocible, para transmitir la idea de verdad, sencillez y juego. Así, las nuevas etiquetas combinan el rigor –de trabajar con la identidad conjunta que establece la imagen del corcho- con la ironía y el humor de vestir y desvestir al tapón de acuerdo con la procedencia de los vinos.

 De este modo, los vinos franceses de los supermercados Delhaize se ponen el sombrero, canotier, el quepis de gendarme, el gorro de Napoleón o el de Chef. Los chilenos se convierten en estatuas Moai, de la Isla de Pascua. Los argentinos son futbolistas y los sudafricanos elefantes. Hay indios y vaqueros realizados con corchos en las etiquetas de los vinos californianos, aparecen koalas australianos y puede haber todo un mundo de vinos y referencias culturales para jugar con las botellas del vino.

 

 

Comentarios

Divertida imagen para algo hasta hace poco tan serio como los vinos.
...un amable aperitivo para este viernes.Desde hace años la renovación de las etiquetas van parejas a la renovación de la industria del vino.Ambos han perdido gravedad, aristocracia y sabores robustos o añejos.Hemos ganado en levedad, frescura y espontaneidad para consumir el vino en el momento o comida que la intuición nos dicte... como estas etiquetas intuitivas.Por otra parte, desde Bélgica cuentan con nuestra industria creativa del diseño, cosa que las nuevas medidas económicas recortan e ignoran....y no sigo.
Las etiquetas pueden llegar a hacer que el vino como bien dice el titulo acabe siendo comprado
La imagen del vino con el paso de los años ha cambiado, porque se han dado cuenta que la imagen vende. Esto se debe como dice el compañero a la renovación de la industria vinícola.Muchas veces el comprador con pocos conocimientos de vinos, se deja llevar por la apariencia de la etiqueta y por unas palabras que hacen embellecer a dicha palabra.
más parece una obra de handy crafts

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_