La comedia política de Roma

Cuando Mario Monti fue escogido como primer ministro no electo de Italia, desde fuera sorprendió lo popular que resultaba. Una razón para ello era la amplia desilusión con los políticos del establishment,vistos como los responsables de haber llevado al país al borde del precipicio financiero.

Esta persistente desconfianza emergió con venganza en las recientes elecciones municipales. El Pueblo de la Libertad, de centro-derecha, de Berlusconi vio derrumbarse su apoyo y el Partido Democrático de centro-izquierda también perdió votos. El ganador por sorpresa fue Beppe Grillo, un cómico populista (...).

Por supuesto, no es inhabitual que las elecciones locales sirvan para expresar fuertes votos de protesta. Pero el desaire a los principales partidos en las elecciones de esta semana vuelve a poner sobre la mesa una pregunta que está en la mente de muchos inversores. ¿Qué pasará en Roma una vez que el señor Monti y sus colegas dejen sus cargos en 2013?

Las implicaciones son de calado. Aunque el Gobierno de Monti ha sido a veces demasiado tímido, ha creado un momento para un impulso reformista que debería continuar más allá de las elecciones generales. Un Gobierno creíble en Roma también beneficiaría a Europa: uno de los principales logros del señor Monti ha sido el de insertar la voz de Italia en la conversación dominante franco-alemana.

(…) Italia se beneficiaría de la creación de un partido moderno y pro-empresa. (...) Es hora de que caiga el telón sobre la comedia política italiana.

Londres, 25 de mayo de 2012