Oposición fracasada
Las deserciones de diversos miembros de la oposición siria esta semana ha sido la mejor noticia para el presidente Bachar el Asad y su régimen desde que comenzó la revuelta.
Su perseverancia se ha demostrado mucho más sólida que la difuminada oposición, cada uno hablando por su cuenta. Les falta armonía, madurez política y han demostrado que no están a la altura de las circunstancias. No hay unidad y conviven ideas contrapuestas sobre qué clase de nación debe ser Siria, sobre si la solución de la crisis actual debiera ser militar o política o sobre si aprueban o desaprueban una intervención militar extranjera.
Han tenido un año para poner en orden sus asuntos y ofrecer un retrato claro de lo que está sucediendo en el país y de cuáles son sus intenciones para el futuro y han fracasado miserablemente haciendo parecer vano el alto coste en sangre para la población siria.
Aunque los países árabes u occidentales, o la ONU, quieran poner punto final a las actuales miserias, no sabrían con quién ponerse en contacto. (…) La oposición no ha sabido propiciar un cambio de posición en el mundo acerca de lo que ocurre en el país, pese a que las masacres siguen sin que se vislumbre su final. De hecho, solo la crueldad despiadada del régimen es comparable a la ineptitud de la oposición. (…)
Hay una impresión extendida de que no merece ser ayudada y ahora requeriría de un milagro para convencer al mundo de su seriedad y capacidad de compromiso. (…) Quienes dirigen ahora la oposición siria han perdido la oportunidad de crear una fuerza cohesionada que exigiera respeto a la causa siria en el mundo. (…)
Beirut, 15 de marzo
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