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Las cartas de amor de Nixon a Pat

La biblioteca del expresidente desvela su lado más pasional y exhibe las seis cartas que ambos se intercambiaron para conmemorar el centenario de la primera dama

Richard Nixon y su esposa Pat, en junio de 1960.
Richard Nixon y su esposa Pat, en junio de 1960.AP

Protagonizó uno de los mayores abusos de poder de Estados Unidos, pero también vivió una historia de amor. Después de anunciar su dimisión, el 8 de agosto de 1974, Richard Nixon se aferró a su mujer, Patricia, y hundió la cara en su cuello. Patricia se mantuvo leal, junto al hombre derrotado, hasta el momento mismo su muerte, en 1993, un año antes que él. Ahora, la biblioteca dedicada a la presidencia de Nixon exhibirá seis cartas de amor que ambos se intercambiaron, para conmemorar el centenario de la primera dama.

Richard y Patricia se conocieron en 1938. Aficionados al teatro, ambos acudieron a las audiciones para la obra de teatro La Torre oscura en California. Para él fue un flechazo. Aquella misma noche le pidió la mano. Ella se hizo de rogar. “Pensé que estaba loco”, dijo en 1969. El cortejo siguió durante dos años, hasta que finalmente se casaron en una pequeña ceremonia, el 21 de junio de 1940. A partir de entonces, Nixon ascendió meteóricamente en la política, de congresista a vicepresidente y de allí a presidente, con salida por la puerta de atrás de la historia.

El hombre al que los biógrafos han retratado, mayoritariamente, como un manipulador sin escrúpulos refleja unos tiernos sentimientos en las cartas, escritas entre 1938 y 1940, que se exhibirán a partir del viernes. “Cada día y cada noche quiero estar contigo. Y aun así no albergo el sentimiento de posesión egoísta o celosa”, escribe. “Vayamos a dar un largo paseo el domingo; vayamos a las montañas los fines de semana; leamos libros frente a la chimenea; sobre todo, maduremos juntos y encontremos la felicidad que nos pertenece”. 


Portada del diario St. Petersburg Times de 1974.
Portada del diario St. Petersburg Times de 1974.

Patricia Nixon nació el 16 de marzo de 1912. Como primera dama, fue discreta, pero en muchas instancias pionera. Antes de su viaje a Vietnam, ninguna otra esposa presidencial había viajado a una zona de guerra. Fue con su marido a China en 1972, en una visita que revolucionó la escena diplomática internacional. Y asumió un importante papel político, al ser la primera mujer de un nominado presidencial republicano en dirigirse a la Convención Nacional de su Partido antes de las elecciones de 1973. La nación, sin embargo, no le perdonó los excesos de su marido.

En 1972, un grupo de cinco espías entró en las oficinas del Partido Demócrata en el hotel Watergate, aquí en Washington. Fueron arrestados y el rastro que dejaron llegó eventualmente hasta las puertas de la presidencia misma. Una gran preguntaba sobrevoló la nación: ¿qué sabía el presidente y cuándo lo supo? Nixon dimitió, acorralado por las amenazas de recusación, dos años después. Desde entonces se retiró a una discreta vida privada con Patricia, a la que en las cartas llamaba, cariñosamente, “mi gitana irlandesa”

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