Gallardón y George Orwell

Se podría pensar, de no ser por la experiencia política que atesora Alberto Ruiz-Gallardón, que es una de esas personas que debe su en ocasiones excesiva locuacidad a que sabe muchas palabras pero no su significado. Sin embargo, al uso del vocabulario por su parte subyace una tan medida estrategia como la que se llevaba a cabo por el “Ministerio de la Verdad” en la pesadilla orwelliana de 1984, subvertir el mismo concepto de verdad mediante la destrucción de las palabras.

Que el señor Gallardón asegure que “se genera una violencia de género estructural por el mero derecho al embarazo”, más allá de constituirse en una defensa de su proyecto de reforma de la Ley del Aborto, supone empezar a dejar la Ley Contra la Violencia de Género sin el significado que la fundamenta. ¿Puede la violencia de género pasar a ser una causa de aborto en lugar de ser de muerte para muchas mujeres? Esto es una verdadera perversión del lenguaje con fines políticos.

Con tal subversión del significado de las palabras, y como escribía George Orwell en su libro, “la Libertad significa libertad para decir que dos más dos son cuatro. Si eso se admite, todo lo demás se da por añadidura”.— David Carrascosa. Madrid.

La presión estructural sobre las mujeres embarazadas no se resuelve a base de limitar sus derechos sino a base de obligar al empresario a respetar su libertad. La capacidad de un ministro o dos de retorcer los argumentos es infinita. ¿Qué tendrá que ver la gimnasia con la magnesia?— Fernando Schwartz.