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“Mejor que un hombre, una rata”

La 'vedette' se ha incorporado al espectáculo 'The Hole', en madrileño teatro Häagen-Dazs Los sucesivos alcaldes de Alcorcón se niegan a ponerle la rotonda que ella cree merecer

Ilustración de La Terremoto de Alcorcón.
Ilustración de La Terremoto de Alcorcón.TOMÁS ONDARRA

Pregunta. Vuelve al teatro con The Hole. ¿Cada actuación de La Terremoto es un nuevo tsunami?

Respuesta. La vida ya es un tsunami, y ahora mismo estamos en la escala 18 de Richter. Así que lo mejor es agarrarse fuerte, gritar, patalear y reírse mucho, primero de uno mismo y luego de los demás.

P. ¿Qué novedades vende?

A corta distancia

Nos vemos en la agencia que lleva ‘The Hole’, el espectáculo que representa en Madrid. Pregunta si tiene que ponerse de Terremoto o de Pepa, y se apresta a la primera de las versiones. Vive en Mallorca, aunque Alcorcón sigue siendo un hito en su carrera, a pesar de que los sucesivos alcaldes se niegan a ponerle de una santa vez la rotonda que ella cree merecer. No se corta nada. Reivindica su currículo académico y su época de “chica Erasmus”, y piensa que los jóvenes de ahora necesitan algo de mano dura, porque dan “bastante poco palo al agua”.

R. En el espectáculo trabajo con una rata viva. Y tengo que besarla, y se me sube por el cuello.

P. ¿Hay algo entre ustedes?

R. Bueno, en realidad somos amantes. Se llama Cristóbal y somos amantes.

P. Versiona a Madonna, a Marylin, a Luz Casal… ¿Por qué no se atreve con Raphael, o con Manolo Escobar?

R. Pues no es una mala propuesta. Yo soy gran fan de ambos.

P. ¿Madonna, a la que tanto plagia, nunca le ha dicho: “Esto no me lo haces en la calle”?

R. Bueno, tenemos una amistad maravillosa, nos whatsappeamos constantemente, yo a Madonna la ayudo mucho, y soy la que le doy las pautas a seguir, aunque digan que es ella la que se reinventa.

P. Además de Terremoto, morrazo.

R. Hombre, claro. Si no, apaga y vámonos.

P. ¿Ser vedette es lo más de lo más?

R. Ser vedette es lo más bonito del mundo. Y más cuando es una profesión en extinción. Así que aprovechemos estas líneas para reivindicar que las jóvenes no quieran ser todas actrices, ni protagonistas de culebrones. Que esto es muy bonito, y no se puede perder.

P. Su reivindicado glamour de periferia ¿qué tiene: más lentejuela, más pluma que el de ciudad?

R. No. El glamour de periferia lo que tiene es mucha calle. Y yo siempre digo que un niño que ha crecido en la calle ha tenido que defender su bici, su banco, su columpio. Calle y callo.

P. ¿A quién cree o pretende provocar?

R. No busco la provocación. Para provocar está Lady Gaga, que lo consigue poniéndose un vestido de filetes de carne, y esas cosas.

P. Porque usted, de filetes, ¿cómo anda?

R. Yo, de filetes, soy de un buen solomillo bien gordo y bien poco hecho. Fuera el vegetariano, fuera, fuera. Mientras exista el jamón de la sierra de Huelva…

P. Se sentó en las rodillas de Montilla y él perdió el oremus. ¿No estaba preparado?

R. No lo estaba. Me senté en las rodillas de Montilla, en las de Emilio Sánchez Vicario y en las del entonces alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. Fue en la maravillosa reapertura de El Molino. Y la verdad es que nada estaba preparado. Ni Montilla, ni yo.

P. ¿En qué rodillas políticas se posaría ahora?

R. Siempre he sido muy fan de Llamazares. Y creo que tiene unas rodillas… Por eso también salió un poco por patas.

P. ¿Falta cabaret en el Parlamento?

R. Muchísimo, por favor. No hay nada. Hay cero cabareteo.

P. En sus canciones hace homenajes a la copla, a los toros, a las dietas. ¿Por qué no a los obispos?

R. La verdad es que La Terremoto es bastante rociera, y muy de una Virgen, muy devota. Otra cosa es que sea de ceder la casilla de la declaración de Hacienda. Ahí, no.

P. Dicen que es una folclórica global. ¿Puede, por ejemplo, cotizar en ­Wall Street?

R. Perfectamente, porque además yo estudié Comercio Exterior, aparte de Educación, que parece mentira, pero soy una mujer con dos carreras y una ingeniería aeronáutica sin terminar. Yo llego a Wall Street y sube la Bolsa.

P. “Si yo fuera rica, me volvería gilipollas”. Botín es rico. ¿Qué hacemos?

R. Yo trabajé en el Banco Santander y fui discípula suya en el año catapún chinchín, haciendo una auditoría interna de clientes. Creo que todos los ricos son un poco gilipollas. Pero bueno, este no nació rico, este se hizo rico, lo cual siempre tiene un puntito más a favor de recordar las raíces.

P. Hace unos años dijo que era “un poco macarrilla”. ¿Ha mejorado?

R. Sí. La Terremoto está ahora en una mezcla entre Elena Benarroch, Cristina Macaya y La Chunga. Soy la mejor anfitriona.

P. Oiga, ¿y después de la rata?

R. Después de la rata, lo que se me ocurre es pasarme una toallita húmeda, porque es un poquito apestosa.

P. ¿Era imprescindible poner un roedor en su vida?

R. Sí, porque ya los hombres, cariño, me han hecho mucho daño. Yo ya me he cansado. He sido muy tonta, muy enamoradiza, me han engañado, me han utilizado por mi voz, por mi dinero, por mi cuerpo, por mi fama… Y Cristóbal entró en mi vida y no me pedía nada a cambio. Y yo dije: “Mira, mejor que un hombre, una rata”.

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