23-F y Olé
El mismo día 23-F en que Camps —inocente— recobra su escaño en Valencia, Garzón —culpable— pierde su puesto en la carrera judicial.
Y no sólo eso, en un Parlamento democrático, el partido en el Gobierno veta la presencia de un representante del Grupo Mixto, primero de Amaiur y después, de ERC, ambas agrupaciones absolutamente legales, en la Comisión de Secretos Oficiales.
Y me pregunto, desde mi ingenuidad de ciudadano perplejo, cómo puede ser que el presidente Rajoy, que sí confía en la influencia de Amaiur para pedir a ETA que acabe disolviéndose, como colofón al valiosísimo proceso de paz iniciado por Zapatero y Rubalcaba, no confía en ellos ni tampoco en la alternativa de ERC propuesta a su vez por los socialistas, suponiendo que “filtrarían” información a Amaiur, algo que, por otra parte, obligadamente deberían hacer con todo el Grupo Mixto al ser su representante en dicha Comisión.
Presuponer un delito y castigar a alguien preventivamente por ello es contrario a Derecho. No se procesan intenciones ni futuribles, sino hechos punibles. Esa es la base del Derecho, tan importante como la irretroactividad de las leyes. ¿O es que también debemos pensar que el presidente Rajoy le va a transferir secretos oficiales españoles a Merkel por ser de su misma ideología?
Creo yo que al igual que no se puede estar un poco embarazada, no se puede estar un poco en democracia. Si un partido político es legal ¿cómo se le puede negar el acceso a una Comisión del carácter que sea? ¿Cómo no puede ser de confianza? Y si no puede, efectivamente, ser de confianza, ¿cómo puede ser legal?— Rosendo Solé Sáinz.
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