Reformas exprés

El Gobierno de Rajoy viene anunciando que muchas de las leyes aprobadas por el equipo anterior serán “pasadas a rodillo” por sus huestes parlamentarias, por hablar en román paladino. Es el caso de la ley del aborto de 2010, que será reformada para retornar a la ley de supuestos del año 85.

Un renacimiento hacia atrás. Y pregunto yo: ¿no puede esperar el titular de Justicia a la resolución del recurso de inconstitucionalidad planteado por su partido en contra de dicha norma? ¿Qué necesidad real hay de cargarse una ley que podría ser considerada viable en sede constitucional?

La ley del 85 fue recurrida igualmente ante el Tribunal Constitucional y superó la prueba, siendo considerada hoy un hito inamovible por sus detractores del pasado. ¿Qué problema hay en esperar a la decisión del magno Tribunal? Pues no, Ruiz Gallardón ha afirmado que no esperará.

No ocurre lo mismo, en cambio, con la ley de matrimonios homosexuales, también recurrida al TC. El Gobierno ha anunciado que en este caso sí esperará a la resolución del recurso antes de legislar nada. ¿A qué viene esta diferencia de criterio? ¿No será que los fetos no votan y los homosexuales sí? ¡Cómo se nota que en el caso del aborto valora más lo que opine una parte de su electorado que lo que diga el TC, y cómo se nota también que en el caso de las bodas gais le conviene más darles una segunda oportunidad!

Ay, que sería de algunos sin sentencias que les marquen la senda, pero solo cuando les conviene.