Arquitectura con ganas

 Michael Murphy entró en la Graduate School of Design de Harvard convencido de que la arquitectura podía mejorar el mundo. Igual todavía no sabe si eso es posible, pero mientras lo averigua, él está cambiando algunas cosas. Comenzó pronto. No había terminado los estudios cuando, asociado a Partners in Health, montó, en 2007, el estudio Mass Design Group con el que comenzó a diseñar proyectos de emergencia en África. Murphy viajó a Ruanda y se instaló en una tienda de campaña durante año y medio para ayudar a construir su primer edificio. Hoy, él y los más de veinte asociados de esta organización sin ánimo de lucro diseñan, construyen y defienden edificios “capaces de mejorar la salud de la gente y de reforzar los valores de las comunidades”. La escuela Girubuntu, en Kigali (Ruanda) explica esa idea.

 Levantada para sustituir un edificio ruinoso que servía de cobijo a algunos de los huérfanos del genocidio que trató de exterminar a la población tutsi, el colegio pudo construirse gracias al dinero de un empresario británico, Brook Newmark. Tras visitar Kigali y conocer el trabajo del estudio Mass Design Group, Brook donó el dinero para levantar una escuela nueva. Económica, construida con mano de obra local –con frecuencia formada para realizar ese trabajo- la escuela está pensada para mejorar no solo la vida de los niños, también su educación. Luz indirecta para evitar el sobrecalentamiento, aulas interiores y exteriores, cuidado en los detalles por sencillos que puedan ser, los niños del antiguo orfanato conviven allí con los escolares de la localidad vecina de Kabeza. Tienen muy poco, pero por sus sonrisas se conoce que tienen una vida.

La escuela no es el primer trabajo de Mass Design Group en Ruanda. En cuatro años, han logrado levantar también un hospital en Butaro para pacientes aquejados de enfermedades contagiosas. El joven Murphy trabajó en el hospital cuando no había completado sus estudios y hoy se ha convertido en un experto en arquitectura que ayuda a evitar el contagio. Con proyectos como un hospital para mujeres en Haití, parece que continúa también con ganas de demostrar que la arquitectura puede mejorar el mundo.