En Ushuaia
Acabo de llegar a Ushuaia, al sur de Argentina, la ciudad más austral del mundo (aunque hay asentamientos chilenos más al sur aún, como Puerto Williams, en la isla de Navarino).
Ushuaia suena y huele a aventura. Es la puerta de la Antártida. El Cabo de Hornos está a solo 150 kilómetros y tras él viene la nada. O mejor dicho: el paso de Drake. Las aguas más traicioneras del mundo. 900 kilómetros de olas y tormentas que separan el sur del continente americano de las costas de la Antártida. Al que nos enfrentaremos a partir de esta noche (la travesía lleva unas 40 horas) a bordo del Fram, un barco que con ese nombre inspira confianza (así se llamaba la nave que llevó a Nansen en su deriva por la banquisa del polo Norte y a Amundsen hacia el Polo Sur).
Me queda muy poco tiempo para las últimas compras en esta ciudad de luz mágica que crece desaforadamente (cada vez que vengo tiene 10.000 habitantes más), así que no puedo extenderme más
Os contaré más cosas cuando lleguemos al continente helado. De momento, voy a tomarme ración doble de pastillas contra el mareo.
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