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La izquierda 'abertzale' reclama que se legalice a Sortu "cuanto antes"

El portavoz de la izquierda abertzale Juan Cruz Aldasoro ha exigido la legalización "cuanto antes" de Sortu, por parte del Tribunal Constitucional, para dar por finalizada, así, la "época de las ilegalizaciones" y abrir una nueva caracterizada por la "libre confrontación de ideas".

Durante una conferencia de prensa en Pamplona, Aldasoro aseguró que la legalización de Sortu, formación de la izquierda abertzale que no pudo inscribirse en el registro de partidos por decisión del Tribunal Supremo, es una "demanda social" que, a su juicio, deben atender los poderes del Estado. Según consideró, se trata, además, de una medida que respalda "prácticamente todo el arco político y social" de Euskadi, salvo algunos "poderes involucionistas".

El también portavoz abertzale Txelui Moreno, por su parte, denunció la "estrategia represiva del Estado", que pretende condicionar, en su opinión, "el proceso emprendido en Euskal Herria". No obstante, apuntó que en el último año se han dado pasos que "han ido desnudando y debilitando de alguna forma la estrategia del Estado". Entre otros, citó la conferencia internacional de San Sebastián, el cese definitivo de la violencia de ETA o la declaración del Acuerdo de Gernika sobre las víctimas.

Se trata, a juicio de Moreno, de pasos "notorios", pero los Gobiernos español y francés "continúan con su estrategia violenta de detenciones, juicios, prisiones preventivas, dispersión e ilegalización". "Mientras esto continúe, la movilización popular es imprescindible", señaló.

El papel de Aralar

Aralar, por su parte, aseguró que seguirá "dando pasos" para la construcción de un espacio "plural de izquierdas y abertzale", que utilice exclusivamente las vías políticas. El coordinador de la formación integrada en Amaiur, Patxi Zabaleta, recalcó que no se puede negar que 2011 ha sido un año "histórico y muy importante", ya que con el anuncio del fin de ETA "se ha cerrado una etapa y abierto otra para Euskal Herria".

Zabaleta, no obstante, reconoció que "aún queda mucho trabajo por hacer para la consecución de una paz justa y duradera". "Los Estados español y francés siguen anclados en dinámicas del pasado, cuando son agentes que deben dar pasos para lograr la normalización", argumentó.

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