Voluntarios españoles fuera de la ley
Hoy, Día del Voluntariado Internacional, contamos con una entrada de David Alonso(de la ONG Entreculturas) sobre la importancia de esta figura y el abandono legal que sufre en España.
Escolares de la ONG Fé y Alegría en Ecuador.
En su última visita al Reino Unido, Barak Obama y David Cameronfirmaron un acuerdo entre las dos instituciones de referencia en la solidaridad de sus respectivos países: Peace Corps y VSO, organizaciones especializadas en voluntariado internacional. Las sociedades de sus países han entendido que esta es una seña de identidad y uno de los programas más eficientes para comprender –a pie descalzo- el mundo cambiante y globalizado.
El voluntariado internacional no ha estado en la agenda de la cooperación española ni siquiera con motivo del Año Europeo de 2011.Tan solo se ha tenido en cuenta en relación con los casos de secuestro en países en riesgo, pero olvidando las posibilidades que supone en términos de capital social y de aportación a los países del Sur. Es un voluntariado contracorriente, alejado del contexto de consumo de experiencias solidarias, de “volunturismo” y de puestas en escena de voluntariado de un día, como visita guiada a las realidades de exclusión. Desde Entreculturas promovemos desde hace 20 años VOLPA (Voluntariado Pedro Arrupe) como programa de voluntariado internacional de larga duración -1 ó 2 años- realizado tras un periodo de formación e incluido en un marco de fortalecimiento institucional con las organizaciones del Sur.
El voluntariado internacional al servicio de la cooperación al desarrollo es una modalidad ignorada y poco reconocida en España, a pesar de tener una larga trayectoria vinculada a la tradición misionera y a los inicios de la solidaridad con algunos países. En gran medida, el voluntariado internacional ha sido escuela de una generación de personas que se vincularon a la solidaridad desde la experiencia directa y que en su evolución profesional cuentan con esa honda referencia de manera permanente.
Cuando llegó la necesaria regulación de la situación de los cooperantes, por medio del Estatuto y posterior reglamento, no se consideró pertinente regular ni apoyar la situación de las personas que voluntariamente realizan labores de desarrollo.
Las personas que optan por dedicar un año o más de sus vidas al servicio de la cooperación al desarrollo -enviadas bajo un acuerdo que vincula a organizaciones en nuestro país con organizaciones en los países del Sur- están de facto en uno de los ángulos muertos de la cooperación española. No se sabe cuántos son porque no hay ningún registro y se encuentran en una situación de precariedad respecto a su cobertura social: no cuentan con ninguna prestación, ni cobertura sanitaria, ni respaldo o apoyo en su formación ni a su regreso. Tampoco existe un marco institucional que regule y fortalezca a las organizaciones de voluntariado.
Con la colaboración de laFundación Profesor Uría, Entreculturas realizó un estudio sobre el marco de derechos del voluntariado internacional en la cooperación española. Es posible y necesario fortalecer este marco y de hecho así se hace en cooperaciones maduras de nuestro entorno como Francia, Alemania, Gran Bretaña o Italia.El impacto del voluntariado de larga duración al servicio de la cooperación al desarrollo, como señala Devereux, no sólo es un eficacísimo programa de educación para el desarrollo, sino que ademásse relaciona directamente con el aprendizaje mutuo y la solidaridad, que son dos elementos cruciales en la cooperación que necesitamos en el siglo XXI.
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