Cae una banda que transportaba de Costa Rica a Valencia cocaína escondida en sillas de montar
Los españoles encabezan la lista de europeos presos en cárceles costarricenses por actividades relacionadas con el narcotráfico
La creatividad de los narcotraficantes en Costa Rica para burlar los controles y transportar cocaína a España no deja de sorprender a los agentes antidrogas del principal aeropuerto del país. El jueves pasado, la policía interceptó un cargamento de esta sustancia escondido en dos monturas de caballo que tenían como destino la ciudad de Valencia.
Se trata un nuevo alarde de la imaginación mafiosa, que utiliza innumerables subterfugios para enviar la droga a España. Escondida en genitales, calzoncillos dobles, paquetes de harina, envases de champú, tablas de surf, tanques de oxígeno, trajes de neopreno para bucear, forros falsos de maletas o cualquier otro ingenioso ardid -ingerida en óvulos o adherida al cuerpo-, la cocaína es llevada en pequeños aunque valiosos cargamentos por "burros" o "mulas" humanas.
En el caso de las monturas, el paquete había sido depositado en una agencia aduanera del aeropuerto internacional Juan Santamaría, e iba a ser transportado en un vuelo comercial de San José a Madrid. El remitente, un ciudadano costarricense que no planeaba viajar, ha sido detenido. Las monturas están bajo custodia judicial y no se ha informado sobre la cantidad de droga escondida bajo el cuero ni sobre el destinatario en Valencia.
Las autoridades costarricenses creen que detrás de este contrabando hormiga hay una fuerte organización de narcotraficantes con ramificaciones en Colombia, origen de la mercancía, Costa Rica, punto intermedio de la red, y España, como destino. Una fuente diplomática costarricense la describió como "cartelito".
"Hablamos de una red organizada transnacional", explica a EL PAÍS el viceministro costarricense de Seguridad Pública, Celso Gamboa. "La generalidad de vuelos desde Centroamérica, y específicamente Costa Rica, a Europa, tiene puerta de ingreso por España. No es que toda la droga vaya para España, pero de ahí se puede conectar y dirigir a otros países europeos. El mayor número de 'burros' que van a Europa viajan en vuelos a España".
"Los narcos están optando por el contrabando hormiga. El narcotráfico internacional es manejado como empresa. Hay personas que reciben la droga, otros la procesan, otros reclutan a 'burros' para trasladarlos a Europa o fuera del país, otros compran billetes aéreos. Todo revela una organización con distintos estamentos", prosigue Gamboa.
La Policía de Control de Drogas de Costa Rica informó que de 2009 a 2011 fueron detectados 108 intentos de contrabando de narcóticos por el aeropuerto Juan Santamaría, en los que se detuvo a 113 personas con cargas de 4 o 5 kilos de cocaína. Un caso excepcional en una sola "mula" fue una española detenida en diciembre de 2008, con más de 17 kilos ocultos en paquetes envueltos en papel de regalo.
En las cárceles costarricenses hay 22 españoles encarcelados, la nacionalidad que encabeza las prisiones en delitos relacionados con las drogas. En 2009 había nueve, según la Administración Penitenciaria de Costa Rica. Por cargos similares hay detenidos italianos, holandeses, rumanos, búlgaros, británicos, portugueses, franceses, alemanes, belgas y rusos, y un sueco, un irlandés, un suizo y un austriaco.
"Burros" víctimas
Acosados por problemas económicos pero sin antecedentes penales y "limpios" para poder viajar, jóvenes españoles -hombres y mujeres- son embaucados y reclutados por las redes para recoger un paquete en algún hotel de Costa Rica. Deslumbrados por una supuesta ganancia fácil de dinero, cruzan el Atlántico en avión desde España y llegan a Costa Rica a recibir las pequeñas cargas que, con ayuda de contactos locales, encubren con variadas tretas. Poco después, regresan con la droga a Madrid y la entregan para que sea reenviada a otras ciudades españolas y europeas, donde un kilo de cocaína cuesta más de 30 mil euros, según su pureza.
"Apenas reciben de 3 a 4 mil dólares" de paga, asegura el viceministro Celsa Gamboa. "Es una suma ínfima en comparación con lo que ganan esas bandas".
Inexpertos, su nerviosismo les traiciona en el aeropuerto. "Los delata su comportamiento cuando van para España y son objeto de una revisión más minuciosa. Al ser descubiertos, dicen ser víctimas de una urgencia económica y que no conocen a la persona a la que tenían que entregar la droga en España", cuenta Gamboa.
La aventura acaba al caer presos en Costa Rica y quedar expuestos a penas de hasta 20 años de cárcel por narcotráfico internacional.
Costa Rica, puente en el tráfico de drogas
Cerca de las bases de producción de cocaína en Colombia, Costa Rica es punto clave de tránsito para enviar drogas a México, Estados Unidos y Europa, por aire, tierra y mar, en negocios que incluyen "blanqueo" de dinero y otras vías para perderle la pista a las millonarias ganancias.
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